Leer para entender. Un especial de contenidos sobre «El olvido que seremos»


Como parte del reto 10 Libros en 2020 del Club de Lectura Virtual, creamos este espacio para compartir artículos y contenidos relacionados con esta obra. Gracias a las colaboraciones de nuestros lectores, iremos alimentando este especial a lo largo del mes. Date la oportunidad de escribir tus reflexiones y compartirlas con nuestra comunidad. Aquí puedes encontrar toda la información sobre este club.

El plan de lectura de agosto


Lee aquí las primera páginas de esta novela


Colombianos leen en voz alta El olvido que seremos


El olvido que seremos: un libro tan visceral como el amor del autor por su padre

En este breve comentario, el lector Alfredo Vélez comparte sus impresiones sobre esta obra.

Primer encuentro de lectores sobre El olvido que seremos


El olvido que seremos: un ejercicio de tolerancia y respeto

En este texto, la fonoaudióloga y docente de humanidades y lengua castellana en Soacha, Cundinamarca, Dora Molano, comparte sus impresiones sobre la séptima obra del reto.

Una conversación con Héctor Abad Faciolince

Conversamos con el autor sobre esta obra. Gracias a los participantes del Club de Lecturas por sus preguntas.

Diez reflexiones de Héctor Abad Gómez sobre la justicia social

Héctor Abad Gómez
En el libro Manual de tolerancia” Héctor Abad Faciolince recopiló diversos escritos de su padre. ¿Cuál es su legado? ¿Qué nos dicen estas letras sobre el pensamiento de Héctor Abad Gómez?

¿Qué aprendimos sobre Colombia leyendo El olvido que seremos?

Participa en esta lluvia de comentarios sobre la obra que leemos en colectivo.

Sobre esta iniciativa

Diario de Paz Colombia es un medio digital e independiente. Creamos espacios que posibilitan encuentros y diálogos ciudadanos pues consideramos que el capítulo de la paz en nuestro país lo escribimos todos. Si lees este libro, anímate y comparte con nosotros tus impresiones de la lectura. Envía tu colaboración a editores@diariodepaz.com. ¡Esperamos tu escrito!

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Un comentario sobre “Leer para entender. Un especial de contenidos sobre «El olvido que seremos»

  1. ¿Por qué nos hace llorar este libro? Porque toda la historia de nuestro país hace llorar, y mucho más, cuando regresamos a algo tan grande, tan maravilloso y, que para la época de creación de esta novela, aún conservaba -no sin esfuerzo- una alta carga de valores: la Familia, sobre todo, esa familia paisa tan numerosa y tradicional, tan llena de empuje y esperanza.
    Llorar porque en esta familia, dotada de un padre «Sui-generis» que más parece de historia de ficción; era el corte del abuelo Antonio lo más previsible en su posterior generación: ganaderos, montañeros agrestes que no titubeaban en hacer uso de la fuerza para levantar su prole «¡como Dios manda! Y aparece este padre, con el más delicado refinamiento de su amor paternal, dando al traste con todo ese bagaje idiosincrásico, no solo del pueblo paisa, sino de Colombia entera que, contrario a lo que se debiera, parece, cada día, ir afianzando ciertos rasgos del colonialismo español.
    Cómo no llorar al sabernos privilegiados de una mente preclara que supo auscultar el dolor, la injusticia y las necesidades de su pueblo y que no se quedó allí, en la mera contemplación, sino que actuó en todas las formas posibles y con todos los medios de que dispuso -incluida su propia vida- para aliviar el dolor y las terribles falencias de aquellos desamparados por la negligencia, la avaricia y el olvido que el Estado va desparramando por nuestros paisajes y porque este mismo Estado, acalló su voz, sus risotadas y mató para siempre un amor incapaz de duplicarse.
    Cómo no llorar, si este país parece una constante retrospectiva de violencia, olvido, humillación y abandono, un eterno hincarse ante los poderosos -sean extranjeros o nacionales- en detrimento de un pueblo que bien podría tener una vida armoniosa, digna y respetable.
    Llorar por este Padre que me trajo, felizmente a la memoria, a Harper Lee en su bellísima obra «Matar un ruiseñor», con todo ese amor incondicional, prístino hasta el pudor mismo, y por este país en el que las fuerzas oscuras, aunque sean la minoría, son las más poderosas, con toda la aberración necesaria para ir apagando sistemáticamente, cada fuego, cada luz que derrama una esperanza. ¡¿Cómo no llorar de indignación y desesperanza?!

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