Leer nos une: dos años de inmersión en la literatura colombiana


Durante dos años consecutivos, el Club de Lectura de Diario de Paz exploró mes a mes la literatura colombiana, una iniciativa de promoción de lectura y reflexión histórica que ha movilizado a cientos de corazones. En 2022, el Club retomará el plan lector a partir del segundo semestre. ¡Prepárate desde ya para leer con nosotros! Compartimos aquí algunas enseñanzas del camino recorrido y te invitamos a conocer las obras que nos han unido y nos siguen uniendo como colombianos. Visita el especial del Club de Lectura 2021 siguiendo este enlace.


Por Koleia Bungard [Arizona, Estados Unidos]

¿Cómo es que llegaste tú, querido lector, apreciada lectora, a Diario de Paz? ¿Es esta la primera vez que nos lees, caíste aquí sin darte ni cuenta o buscabas algo en particular? En todo caso, celebro tu compañía y te agradezco mucho que nos visites y nos leas. No está de más decirte que tú eres justamente la razón por la que nos aferramos a la máquina y seguimos pedaleándole al propósito de crear contenidos editoriales de calidad, útiles e incluyentes.

Voy a comenzar compartiendo contigo información que usualmente los directores de medios no revelan. Desde su creación en 2017 –y según se percibe en los informes de audiencia de este sitio–, es frecuente que los internautas lleguen a Diario de Paz porque buscan responder al menos una de las siguientes preguntas: ¿cómo hacer para «construir paz» (en la escuela, en la universidad, en la familia)?, o ¿qué leer para entender a Colombia?

Esos informes incluyen reportes de tráfico hacia esta página web provenientes de buscadores como Google, lo que nos muestra que con mucha frecuencia las personas desembocan en este espacio porque aquí nos dedicamos a abordar estas cuestiones y porque es posible que entre los más de 500 contenidos publicados hasta la fecha –en especiales como Experiencias pacíficas, Leer para entender el Acuerdo de Paz, Paz en Colombia o Lectoescritura para la paz–, se encuentren aquí algunas aproximaciones a esas respuestas.

Con el tiempo, esas dos preguntas han ido marcando nuestro concepto editorial, algo que a decir verdad no estaba muy claro desde que fue publicado el primer artículo: ¿Qué será la paz? El impulso –como he mencionado en otras ocasiones– surgió durante un curso intensivo sobre historia de Colombia y construcción de paz que tuve la fortuna de tomar en la Universidad de Antioquia en 2017.

¿Qué será la paz? Así comenzó Diario de Paz Colombia

Junto con un grupo de estudiantes del país y del extranjero, en pocas semanas los maestros no solo nos sacudieron el intelecto sino que nos dejaron picados por el aguijón de una misión que entonces era solo un interrogante: ¿cómo puede cada ciudadano aportar a la paz en el país desde sus conocimientos, pasiones, oficios?

El llamado era, en últimas, individual, concreto y categórico: construir la paz en Colombia no es un deber exclusivo del Estado, es un tarea que nos compete a todos y a todas por igual; en ello cada persona tiene una enorme responsabilidad.

¿Cuál sería, pues, mi rol?, me pregunté. ¿Cómo aportar a la paz en mi país si desde hacía más de ocho años ya no vivía en él? ¿Acaso podía escaparme del compromiso?

La respuesta fue tomando forma poco a poco: me agarré de las herramientas del periodismo, la edición y la comunicación digital, y me propuse generar un espacio de encuentro que, por una parte, me uniera de manera especial a mi país y, por otra, me sirviera de excusa para seguir estudiando precisamente estos temas: historia de Colombia y cultura de paz. El regalo que recibiría después de años de trabajo desde un escritorio ubicado a miles de kilómetros de mi país, se resume hoy en un solo adjetivo que sostiene esta iniciativa: el afecto. Paso a contar por qué.

La literatura colombiana como fuente y excusa

A finales de 2019, luego de dos años y medio de aprender haciendo, cuando la plataforma digital había adquirido ya su propio tono y concepto, gracias al apoyo de un grupo de colaboradores, concebimos el Club de Lectura Virtual de Diario de Paz. En este contenido de 2020 relato en detalle el origen del proyecto.

Con la excusa de unirnos para leer un libro colombiano por mes, buscábamos abordar temas cruciales para profundizar en la historia y el presente de Colombia. Queríamos poner sobre la mesa y en el centro de las conversaciones una serie de obras literarias y periodísticas que nos ayudaran a responder esa pregunta que día a día traía a tantas personas a este medio: ¿qué leer para entender el país?

Conoce aquí la selección de libros y los contenidos relacionados con el plan #10LibrosEn2020

Aunque, siendo honestos, entender a Colombia es una quimera, la selección de libros de ese primer año del Club y la metodología creada para facilitar espacios de encuentro, fueron desembocando en una respuesta social sorprendente. No solo conocimos autores, personajes e historias: nos conocimos, reconocimos y reencontramos como colombianos.

Como atraídos por el imán del conocimiento –y en medio del impacto que nos trajo la propagación del Coronavirus–, decenas, cientos, miles de personas desde diversas regiones de Colombia y países del mundo se subieron al tren de la lectura y se propusieron abordar el reto lector mes a mes. En este especial de contenidos de 2020 se materializaron muchas de las impresiones de los lectores y las lectoras, pues después de leer un libro, ¿qué tal escribir un comentario, una opinión, una reseña, un ensayo, para alimentar la reflexión?

Casi sin darnos cuenta, como una fuerza supernatural y poderosa, al final de ese año nuestra visión del país se había amplificado. Solo puedo hablar a título personal, pues después de todas estas historias, al menos yo ya no era la misma colombiana de antes; y todo por culpa de –o más bien gracias a– libros como La vorágine, La casa grande, Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón, A lomo de mula: viajes al corazón de las FARC, La perra, La hojarasca, El olvido que seremos, Delirio, Los ejércitos y Changó, el gran putas.

Cada libro nos llevó a una Colombia distinta, pero no solo desde la trama o el tema que abordaban sus autores, sino gracias a las conversaciones que se generaron entre los cientos de lectores que seguían la lectura cada mes. Todos los encuentros de lectores están disponibles siguiendo este enlace. El afecto, insisto, fue y sigue siendo una fuerza nacional e incluso intercontinental que nos sigue uniendo. Se manifiesta en los encuentros para conversar, pero también cuando leemos los comentarios o las opiniones de los demás, cuando rotamos los libros ya leídos para que otras personas los disfruten, cuando en nuestros hogares comentamos los textos con nuestros familiares, cuando contagiamos a nuestros amigos y conocidos de este entusiasmo lector.

Conoce aquí la selección de libros y los contenidos relacionados con el plan #10LibrosEn2021

En 2021, la iniciativa continuó y se consolidó aún más. La selección incluyó los libros Las estrellas son negras, Memoria por correspondencia, Crecimos en la guerra, Catalina, El desbarrancadero, La marquesa de Yolombó, En diciembre llegaban las brisas, Lo que no tiene nombre, Los derrotados y Afuera crece un mundo.

A lo largo de los dos años, además, tuvimos el honor de compartir con algunos de los autores que leímos: Héctor Abad Faciolince, Pilar Quintana, Pilar Lozano y Pablo Montoya. De cada uno de ellos conocimos las razones por las cuales escribieron estos libros, su visión frente a la relación entre la literatura y la construcción de paz, sus búsquedas literarias y supimos un poco más de sus vidas y proyectos.

Y ahora qué sigue

En abril de 2021 compartí en el grupo del Club de Lectura en Facebook unas palabras que me rebotaron, una vez más, caudales de afecto. Allí revelaba algunos detalles de mi vida como madre y de lo que significa coordinar, desde la distancia, un proyecto que crece y exige mucho compromiso y diligencia.

En marzo de 2022 estaré entregada al nacimiento de mi hijo, lo que me ha llevado a posponer unos meses el comienzo de un nuevo ciclo de lectura colectiva. Tema hay para rato, así que auguro un 2022 de lecturas igualmente sorprendentes a las de los años que nos precedieron.

Con este escrito quisiera agradecer de nuevo a todas las personas que durante los más de cinco años de vida de Diario de Paz han hecho posible esta misión: gracias a los colaboradores, a los mecenas, a los lectores y a los amigos. Gracias por acompañarme en el sueño de combinar la historia colombiana, la cultura de paz y la literatura en un mismo contenedor: el de la esperanza en un país mejor.

Y de vuelta a ti, querido lector, apreciada lectora, te invito a que navegues por este sitio con toda confianza y familiaridad. También a que tengas presente que queremos leerte, en caso de que te animes a escribir algo relacionado con los temas que nos unen. Y si hay algo que te gusta mucho, ¡compártelo!, y si hay algo que deberíamos mejorar, ¡escríbenos! Recuerda que en este espacio, todos somos protagonistas.


Publicación en Facebook, abril 16 de 2021

✨ Confesión | Trabajo intensamente cada día atendiendo a mis dos hijos pequeños (de 5 y 7 años). Soy ama de casa. Soy tiempo completo mamá. Los ratitos que me quedan libres –que son muy pocos– los dedico a Diario de Paz Colombia y a trabajar en proyectos editoriales que me encargan.

Desde que nació este medio en julio de 2017, nunca he recibido un salario por lo que hago (escribir, editar, diseñar, planear, presentar, programar la web, etc.). Al contrario, aquí invierto mis regalos de cumpleaños 😆. Busco recursos para pagar a quienes me ayudan y a proveedores de servicios digitales.

Hoy quiero decirles que este club es para mí un cable a tierra, un propósito, una terapia de colombianología profunda. Y quiero agradecerles a tod@s ustedes por estar aquí, a nuestros donantes, a nuestros mecenas, a quienes han comprado nuestros kits y participado en los talleres de escritura que ofrecemos, a los que han escrito y publicado textos en nuestro medio y a quienes comparten nuestros contenidos; gracias por creer que esto es importante y por leer conmigo, por ser un nosotr@s.

Desde la distancia (vivo en el desierto de Arizona, adonde llegué después de dos años viajando de mochilera) se transforma mi nostalgia cuando observo que la literatura colombiana nos une y nos abre caminos de armonía, comprensión y esperanza. Si se dice que «la educación es la única vía hacia la transformación social», pues nos toca empezar a leer de manera crítica y a aprender a argumentar nuestras posiciones. Al menos así pienso yo.

Gracias, querida comunidad lectora, por acompañar mi caminar. ✨

Visita el micrositio del club de 2021

Aún puedes leer los libros que esperan por ti. Leer nos une.

Escrito por

Periodista, escritora y editora. Fundadora de Diario de Paz Colombia. Contacto: editores@diariodepaz.com

4 comentarios sobre “Leer nos une: dos años de inmersión en la literatura colombiana

  1. QUerida Kole… llegué a este lugar porque un amigo mexicano me hizo llegar la liga para el Club y si que me ha hecho feliz, me da pesar que no empecemos el año leyendo pero es lindo saber que un nuevo bebé nacerá pronto y que en algunos meses volveremos a encontrarnos.

    Gracias y a tí y a todos los que están detrás de este proyecto que realmente me ha brindado mucho conocimiento de nuestras raíces, tristeza y alegría pero sobretodo la reafirmación de mi propia colombianidad…. buen año, maravillosos augurios para tu nuevo bebé y nos vemos pronto.

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  2. GRACIAS KOLEIA e integrantes del Club de Lectura DIARIO DE PAZ. Ustedes nos han unido a través de las letras y mientras retomamos la jornada, segundo semestre 2022, seguiremos tejiendo palabras, oraciones, lecturas, comprensiones y nuevas formas de hacer de la paz nuestro diario vivir.

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  3. Gracias Koleia, por tu amistad en la distancia, por tu esfuerzo y dedicación, por tus palabras de apoyo, por impulsarnos a leer, a escribir , a encontrar dentro de nosotros un camino hacia la paz, por cada minuto que logramos robarle a tu familia, porque con f también se escriben felicidad, fuerza y fé, porque como el tren estábamos dormidos y nos ayudaste a despertar y porque mientras Dios descansa tu velas por Diario de Paz.

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