El pasado 30 de septiembre, como parte de la campaña Liderazgos sin miedo, nos unimos en una conversación por la defensa de la vida de los líderes y lideresas sociales en Colombia. ¿Cuáles son los desafíos que tienen para salvaguardarse en sus territorios? ¿Cuáles los de quienes comunican sus acciones?
Durante los meses de agosto y septiembre, diversas organizaciones y medios de comunicación nacionales e internacionales nos unimos para manifestar en conjunto la necesidad de hacer más visibles las voces de aquellas personas que lideran los procesos en defensa de los derechos humanos en diversos territorios de Colombia y para reconocer a quienes han sido víctimas en medio del ejercicio de su activismo. Bajo esta misma premisa decidimos crear el conversatorio Líderes sociales: desafíos para su protección en el que cinco colombianos, desde diversas regiones y oficios, participaron con sus reflexiones sobre este tema.

Un panorama desalentador
Para Shirley Muñoz el panorama es muy complicado, según dice cada año empeoran las cifras de agresiones en contra de defensores y defensoras de Derechos Humanos y en 2020 se continúa esta tendencia:
«Sostenemos la misma afirmación porque lamentablemente desde 2017, después de la firma del Acuerdo de Paz y con toda la reconfiguración del conflicto por la falta de buena implementación del acuerdo, comienza a subir el número de agresiones en el país y lo vimos en 2017, 2018, 2019 y en el primer semestre de 2020, que es lo que más tenemos analizado en el momento. Aun se mantiene la misma situación y las agresiones siguen incrementándose, particularmente los asesinatos, que aumentaron en un 61% en relación con el año anterior, eso es una cifra horrorosa».
Revisando un mapa de Colombia, los departamentos más afectados son aquellos que durante el conflicto armado fueron fuertemente azotados, como Antioquia, Cauca, Guajira y Putumayo. Especialmente en el Cauca, se observan las cifras más altas de asesinatos y en el Putumayo se evidencia una relación entre éstos y la erradicación de cultivos de uso ilícito que está implementando el Gobierno actual y que rompe con los acuerdos que se habían establecido con los campesinos de la región. Sobre esto, Shirley Muñoz agregó que “La militarización no es una solución y estas medidas que se están tomando por parte del Gobierno, realmente están generando más agresiones y riesgos para los liderazgos sociales”.
Una radio que comunica y acompaña
Respecto al papel que tienen las radios comunitarias como epicentros de comunicación en estas comunidades y territorios, Dione Patiño, comentó que “Las radios comunitarias se las asignan a organizaciones sociales conformadas, pero muchas de ellas están olvidando cuál es su misión como organización social y se dedican solo a informar esos acontecimientos”.
Dentro de ese deber misional, Dione expresa que las organizaciones sociales deben tomar una posición política respecto al acontecer en su territorio, una posición que va más allá del partidismo y tiene que ver con el acompañamiento a sus comunidades. Esto, según dice, se debe hacer porque en los procesos se logra reconocer al líder como al vecino, la persona que participa en el convite comunitario, la que camina por las calles y la que se monta en los mismos buses de servicio público que el resto de la comunidad usa.
Autoprotección, una medida necesaria para líderes y comunicadores
En la región del Bajo Cauca antioqueño, William Muñoz ha participado en capacitaciones de medidas de autoprotección que se han realizado en conjunto con la Corporación Jurídica Libertad y el Instituto Popular de Capacitación (IPC). A partir de ello se han creado unas rutas de implementación de autoprotección que se han venido aplicando en los territorios, según dice: “En la organización hemos visto un poco de mejoría, lo que no quiere decir que el índice de riesgo haya desaparecido, pero sí lo lleva a uno a minimizar un poco ese riesgo y, bueno, uno todos los días está sujeto a cualquier cosa que le pueda suceder: un ataque, un desplazamiento, un señalamiento, un homicidio; uno no es ajeno de eso”.
Por otro lado, en el sur del país, según expresa Liverman Rengifo, al estar en medio de grupos armados el contexto es totalmente distinto porque “nuestros medios de transporte o son por el río o a pie y eso dificulta la situación». El trabajo que lidera, según comenta, va más allá de estar en una cabina de radio y busca acercarse y acompañar a la comunidad. «Ahí es ahí donde vienen los señalamientos e incluso las amenazas que hemos tenido”.
Esto ha llevado a los comunicadores a tener orientaciones desde la Fundación para la Libertad de Prensa, que les permite estar en comunicación directa a nivel nacional, pero cuyas recomendaciones de seguridad solo aplican según el contexto. Esto también les ha llevado a crear sus propias herramientas de protección, como por ejemplo tener los contactos de todas las personas que trabajan en la radio, no llevar siempre consigo documentos de identificación, «porque para ellos en estos territorios es mejor pasar desapercibido», o actuar en colectivo e informar siempre a nombre de la radio o como red de emisoras, pues de esa forma se evidencia que lo que se comunica se hace como organización social y no a título personal.
Liderazgos sin miedo es una campaña convocada por La Esquina Radio 101.4 con el acompañamiento de Corporación Región, Viva la ciudadanía, Diario de Paz Colombia, Corporación Jurídica Libertad, Cinep, Hacemos Memoria, Pressenza, El ojo de la aguja, Dejusticia y Aler.