Desde Medellín, la autora de este escrito decidió rememorar un momento especial de su vida: sus vacaciones al mar. ¿Por qué este hecho fue importante para ella y qué relación tiene con la reflexión sobre la paz en el país? Gracias a la autora –quien decidió firmar con seudónimo– por participar en la Escrituratón por Colombia.

Todo ha cambiado

Por «Groserita», 32 años. Bogotá

Mis vacaciones esta vez no fueron de ensueño, fueron tan reales como el sol que penetraba mi piel mientras veía el hermoso cielo.

Mi sueño era conocer el mar, un sueño teñido por la locura, una locura que nunca se quiere alejar de mí.

Que enorme alegría ver de cerca los grandes barcos que se hacían pequeños perdiéndose en la lejanía. El olor y sabor del agua me indicaba que estaba en el sitio adecuado, en mi sitio anhelado.

Era otro ambiente, otro clima, otro paisaje, otra cultura, pero la misma gente, gente colombiana, amable, luchadora, soñadora y resiliente.

A pesar de los altibajos del día a día los colombianos tenemos una sonrisa esperanzadora para mostrar lo maravillosa que es la vida.

Me encontraba lejos de casa, pero todos nos conocíamos, se comunicaban conmigo de forma empática; me sentía entre hermanos, y siendo la hermana menor de la familia, me llamaban en diminutivo, me decían “la paisita”.

Mis vacaciones, por fin cumplidas. Vacaciones que quiero repetir y jamás olvidar, mis vacaciones colombianas a conocer el mar.