Poner en palabras las emociones puede ser no solo un ejercicio creativo sino político. Compartimos el escrito de Zaira Elejalde Cadena, una íntima mirada sobre el impacto de la realidad nacional en las propias emociones. Escrituratón por Colombia.
Razones
Por Zaira Elejalde Cadena – 34 años. Medellín
¿Alegría? ¡Qué emoción más extraña! Como una ola, no, mejor como un tsunami, me golpeó directo en el corazón. Horas de ausencias, temores y dolores. Fracturas, emocionales. Una vida de encierro, una burbuja de protección para no morir en este cuerpo mientras mi alma gemía, gritaba: ¡no más, es suficiente!
Abrir los ojos tal vez no fue una gran decisión, pero ahí está el dilema. Yo no decidí, el mundo lo hizo por mí, coartó mi libertad mientras me destruía, me reparaba, mientras me fragmentaba, me estructuraba, y aunque mi negación me velaba la razón, una chispa de compresión se encendió y la llama surgió. El fuego creció, un ave fénix entre cenizas…
La absurda realidad que me rodeaba, que me lastimaba y que me dolía –como múltiples pinchazos de aguja– me estaba liberando y me estaba dando alas, a mí, esa mujer a la que tenía encerrada, esa mujer a la que le extraía la vida que luego se escurría entre los dedos…
Al final entendí, el mundo entró en conmoción, pero en el proceso, yo volví a nacer, y eso hace que todo hasta ahora haya valido la pena, ¿cierto?

Una iniciativa de Diario de Paz Fundación y de la Fundación Taller de Letras Jordi Sierra y Fabra.