¡Qué vivan las serpientes! Historia de una joven llanera que defiende a las serpientes del maltrato animal


¿A quién le importa que las serpientes mueran atropelladas en las carreteras de Colombia? A Mónica Tatiana Rincón, una joven veterinaria llanera que dedica su vida a investigar y proteger a las serpientes. ¿Por qué hay que dejar a las serpientes en paz? [Crónica]

Por Paulina Mesa*
Koleia Bungard

¿Usted qué haría si va manejando un carro y una serpiente se cruza en la carretera? Piense bien: una de dos: ¿frenaría su carro en seco para tomarle una foto y verla pasar, o pasaría por encima de ella y la atropellaría, pues quizá es venenosa y podría herir o matar a algún ser humano?

Sin pensarlo dos veces, Mónica Tatiana Rincón haría lo primero. Pero no sólo eso, también se atrevería a bajarse del carro, mirar a la serpiente de cerca e incluso levantarla con sus manos. Ella es una de las pocas personas que encuentra una serpiente viva y se siente feliz.

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Mónica nació en el departamento del Meta hace 31 años. Es médica veterinaria y actualmente estudia en la Universidad de Antioquia una maestría en Biología. Inquieta por la diversidad de las serpientes, sus colores, sus formas y su proceso evolutivo, se ha dedicado por años a conocerlas y protegerlas.

En sus investigaciones, Mónica se enfoca en estudiar el atropellamiento vehicular como una de las amenazas más visibles a la fauna silvestre, especialmente a las serpientes, animales vulnerables por sus hábitos nocturnos y por el sacrificio intencional por parte de los seres humanos. Estas son algunas razones que, según Mónica, llevan a las personas a provocarlas o agredirlas:

Una carrera por las serpientes

Mónica trabajó por un tiempo como guía en un zoológico mientras estudiaba una carrera administrativa. Allá se enamoró de los reptiles y, en particular, de las serpientes.

“Aunque quería estudiar algo relacionado con los animales, las condiciones económicas me lo impedían”, cuenta. Luego de cuatro semestres pudo abandonar la administración y empezó a estudiar medicina veterinaria. Esos años fueron difíciles, recuerda Mónica: “Empecé a hacer cosas para seguir por la línea que más me gustaba, aunque con toda la presión uno a veces siente que se ahoga. Al fin uno siempre trata de buscar una salida”, dice.

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Colombia tiene 313 especies de serpientes que representan el 8,6% a nivel global

Al terminar su carrera, Mónica siguió enfocada en las serpientes. Quiso hacer  algo por ellas y trabajó en proyectos enfocados en la fauna silvestre. Le inquietó saber que, a pesar de la alta riqueza de especies en Colombia, las serpientes han recibido poca atención en estudios de investigación en los Llanos Orientales.

En el año 2015 consiguió su primera beca. “Me enteré que la gobernación del Meta estaba dando unas becas para posgrados y faltando 15 días para cerrar la convocatoria hice mi propuesta con los reptiles”. Ella quería demostrar que este grupo de animales son indicadores de calidad de los ecosistemas y que era necesario investigar los factores que influyen en su atropellamiento.

“Estaba en la casa hablando con mi novio sobre los resultados, cuando vi mi nombre en la lista, fue un momento muy feliz”, recuerda Mónica. Entonces se trasladó a la ciudad de Medellín para comenzar la maestría en Biología que cursa en la actualidad.

Nosotros somos las amenazas de las serpientes

Desde el año 2015, Mónica está haciendo un diagnóstico para mostrar cuántas especies de serpientes mueren atropelladas y en qué vías del departamento del Meta. Estudios previos revelan cifras de 131 serpientes (de 21 especies diferentes) atropelladas en 54 días.

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Aunque ella apenas va en la mitad del muestreo actual, tras mucho caminar y buscar, de día y de noche, a lo largo de una carretera de 80 kilómetros, en 13 puntos estratégicos ha encontrado 25 de las 37 especies de serpientes que se cree que existen en los llanos.

Ahora que estudia de lleno a las serpientes habla con más conocimiento, y sobre todo pasión, sobre los hábitos y el comportamiento de las serpientes. Aquí cuenta, por ejemplo, cómo es posible que una persona se acerque a una serpiente coral y no sea agredida:

Mientras estudia a las serpientes, Mónica dice que ha aprendido a temerles menos y a respetarlas más. Como sabe que se trata de animales venenosos, se cuida mucho de tratarlas con respeto y acercarse con prevención. “En ningún momento pienso que son animales domésticos. Son animales silvestres que me ven como una amenaza. Nosotros somos, en realidad, la amenaza para ellas”.

Buscar apoyo para estudiar a las serpientes

Para financiar su investigación en el terreno, Mónica comenzó a presentarse a varias convocatorias, pero no fue fácil conseguir el apoyo necesario. Aunque según cuenta, podría adelantar su investigación con solo $10 millones, “una de las principales dificultades, no solo para mí sino para todo investigador, es la falta de recursos para poder llevar a cabo cualquier investigación”, dice.

Pero ser rechazada tras varios intentos, no la venció. Por el contrario, aprendió de cada experiencia y celebró cuando a mediados de 2016 su propuesta recibió una de las seis becas de Colombia Biodiversa, una convocatoria abierta por la Fundación Alejandro Ángel Escobar con el objetivo de promover la investigación sobre el conocimiento, conservación y sostenibilidad de la biodiversidad en el país.

Según el jurado de las becas Colombia Biodiversa, la propuesta de investigación de Mónica «propone contribuir al avance del conocimiento de ecología de carreteras al contemplar no solo factores considerados por estudios de atropellamiento de serpientes, sino también aquellos no considerados, como son patrones de diversidad de las serpientes en el mosaico de paisajes que rodean las carreteras. Los resultados plantean generar estrategias efectivas de conservación».

Aunque lograr una beca no es fácil, Mónica cree que es importante que los estudiantes “desarrollen sus ideas, lean mucho e investiguen con seriedad. Para seguir adelante con los proyectos hay que postularse a las becas, buscarlas y enviar las propuestas sin miedo”.

Para la doctora Vivian Páez, directora del posgrado de Biología de la Universidad de Antioquia, “la falta de proyección y de recursos puede frenar las investigaciones, pero cualquier beca que se gane es un orgullo porque implica que han logrado superar las barreras. Más que el dinero, la beca crea motivación y confianza de que lo que estamos haciendo sirve, y que tenemos que seguir mejorando”.

Un trabajo silencioso, pero indispensable

IMG_4504 (1).JPG“A veces uno trata de explicar que la serpiente es un animal normal, porque a veces creen que es un ser que tiene dos cabezas, de otro mundo», dice Mónica. «Hay tantos mitos alrededor, que eso incrementa el miedo y el estigma”. Para ella, si se pierde una especie, se pierde una historia de vida.

Además de la cantidad de formas y colores, Mónica dice que cuando empezó a leer sobre ellas la impresionó su historia evolutiva: “Han llegado a conquistar todos los ambientes: nadan, cavan, caminan, se trepan, incluso hay algunas que pueden volar porque expanden sus costillas y logran hacer cierto planeo”.

Estos animales tienen unas condiciones y características particulares que pueden aportar mucho a que el ecosistema sea sano. Al ser depredadoras, las serpientes controlan las poblaciones de otros animales, además, contribuyen al flujo de energía de los ecosistemas, ayudan al ciclo del suelo, entre otras funciones. Un trabajo silencioso pero indispensable.

Qué hacer para proteger a las serpientes

Mónica cree que “para proteger a las serpientes hay que conocerlas. Uno no quiere lo que no conoce. Hay que entender por qué son importantes y, mirando esa espectacularidad y esa belleza, el miedo se va”.

IMG_4624 (1).JPGComo llegar a quererlas podría resultar imposible para muchas personas, y un cambio de cultura en este sentido sería gradual y lento, recientemente hay grupos de investigación en Colombia que evalúan factores asociados al atropellamiento para ir más allá y promover medidas de mitigación. Por ejemplo, se propone ubicar reductores de velocidad en las carreteras, vallas que digan: “Esto es un paso de fauna: disminuya su velocidad”, o incluso medidas más drásticas, como ubicar sensores e informar a los conductores que serán multados si se excede esa velocidad permitida.

Mientras eso sucede, la próxima vez que usted, de milagro o casualidad,  se cruce con una serpiente en la carretera, por favor acuérdese de Mónica y piense dos veces. Atropellarla, atacarla o matarla, en vez de prevenir algo, lo que en realidad hace es aumentar el problema, la falta de sensibilidad y respeto por la naturaleza.

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Ya que las serpientes pueden aparecer en cualquier lugar y momento, aquí deja Mónica unos consejos para saber reaccionar cuando uno de estos animales se cruce en el camino. La clave: controlar el miedo y esperar que se marche, sin provocarla o lastimarla.

*Paulina Mesa es estudiante de periodismo en la Universidad de Antioquia. Este artículo se realizó con apoyo editorial de Diario de Paz Colombia
Fotos: cortesía Mónica Tatiana Rincón

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