En el siguiente fragmento de su libro La tercera realidad, el filósofo y maestro Jorge Giraldo Ramírez hace un llamado a los colombianos a apoyar y a oxigenar aquello que ayude a unir a la sociedad.
Jorge Giraldo Ramírez es doctor en Filosofía, profesor y decano de la Escuela de Humanidades de la Universidad Eafit. Durante los últimos quince años, se ha dedicado a la investigación académica y ha reflexionado sobre temas y problemas de la filosofía política contemporánea, las guerras civiles, las economías criminales y la seguridad urbana.
El siguiente es un fragmento de su libro La tercera realidad (Sílaba Editores, 2015) en el que este filósofo colombiano reflexiona, entre otras cosas, sobre las pretensiones de la paz, la necesidad de construir un nosotros, los derechos en contextos de guerra, la neutralidad y el modus vivendi, la reconciliación y la democracia.
Reproducimos el siguiente fragmento, que le da título al libro, para animar a la lectura. [Lee también ¿Quién es el enemigo? Un libro para estudiar el poder del discurso en el conflicto armado colombiano].
La sociedad civil debe construir una tercera realidad

Si admitimos que los conceptos deben tener significados históricos y políticos, y por tanto cambiantes, propondría que entre nosotros el de sociedad civil se definiera en relación con el hecho de la guerra: son sociedad civil los ciudadanos y asociaciones que no alimentan la guerra.
En consecuencia necesitamos construir una tercera realidad en medio de la guerra, distinta y alejada de las realidades que construyen los guerreros.
Esa tercera realidad puede encontrar una expresión en un pasaje del escritor italiano Ítalo Calvino, quien coloca en boca de Marco Polo un consejo: “Buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio” (1991, p.175).
Que la guerra haya adoptado formas más crudas, es una cosa distinta a la polarización. La aparición de un movimiento incipiente por la paz y de un sentimiento masivo contra la guerra son demostraciones de que no hay polarización y de que se puede evitar.
Nosotros debemos saber, en medio de la sangre y el horror diarios, qué no es la guerra, y apoyar y oxigenar aquello que ayude a unir a la sociedad y a que los colombianos nos reconozcamos mutuamente.
Esta tercera realidad la construyen los hombres de paz, las organizaciones civiles, el ciudadano que ejerce y lucha por sus derechos, todas las personas que encaran las dificultades de la guerra e intentan transformarlas desde su propio espacio y su actividad.
Entre las tareas que competen a las ONG, y a otros, para construir esa dimensión están:
- Construir organizaciones sociales que sirvan a los intereses de sus integrantes, los eduquen en la cooperación donde convivan personas de diferentes opiniones y creencias y mejoren su capacidad de intervención social.
- El derecho humanitario tiene, entre otros, un sentido político: proteger a todo aquel que acuda a la palabra y a la actividad política para expresar sus opiniones, independientemente de aquellas que puedan coincidir con las de los bandos armados. El crimen contra civiles y contra la lucha política civil, no armada, alimenta la guerra.
- Promover el reconocimiento recíproco entre actores armados,c omo potenciales conciudadanos sujetos de derechos e interlocutores en una negociación que conduzca a una paz duradera. Reconocimiento que debe comenzar por las manifestaciones más simples, como el nombre, y que debe llegar hasta el estatuto político que abra nuevas posibilidades al diálogo.
- Practicar la solidaridad con las víctimas de la guerra y contribuir a la documentación de las ofensas y los crímenes de guerra para construir apoyo sólido para la verdad en el futuro cercano.
A partir de esta tercera realidad, que hoy es más real que hace tres años y que desdice del diagnóstico de la «creciente polarización» es posible hacer que la sociedad civil pase a ser tercero incuido en la solución de la guerra. Pero la inclusión ocurre de formas distintas y según la diversidad de organizaciones que la componen. Algunas acciones necesarias serían:
- Contribuir a la internacionalización positiva del conflicto, procurando una intervención informada y civilista de la sociedad civil cosmopolita y de los embriones de Estado mundial (ONU, tribunales, etc).
- Apoyar la construcción y legitimación de mediadores específicos. El papel de las ONG, tal y como lo propongo aquí, no admite la intervención directa como mediadores.
- Afirmar la neutralidad activa quitándole hombres, dinero, recursos y apoyo ideológico a la guerra. Eliminar toda expresión que pueda utilizarse como legitimación de los guerreros o nutrir el maniqueísmo que la guerra necesita. Mantener una posición de principios fuertes a los ejércitos enfrentados sin prestarse a las maniobras diplomáticas o estratégicas de los mismos.
Si estuviésemos de acuerdo en socavar el maximalismo, tendríamos que concluir que «podemos considerar el presente como materia prima para construir un mundo mejor». Esto implica, entre otras cosas:
- Fortalecer y legitimar todas las instancias y medidas del Estado que apunten a la construcción del Estado Social de Derecho que se diseñó en el pacto de paz de 1991. Especial atención merecería el fortalecimiento de la justicia y la democratización de la fuerza pública. El autoritarismo y las medidas despóticas son abono par la guerra desde el poder.
- Promover los mecanismos de control y participación ciudadana en el manejo del Estado.
- Impulsar y legitimar procesos de pactación social entre diversos grupos privados de intereses, particularmente trabajadores y empresarios. Especialmente, combatir las concepciones empresariales que debilitan el Estado y su tradicional incumplimiento de los pactos.
- Incentivar políticas económicas y sociales que conlleven la integración social y creen condiciones materiales para la dignidad de la persona. Contestatariamente, luchar contra las medidas de ese tipo que lleven a la exclusión social.
Como puede verse, creo que podemos ser más eficaces y tenemos un mayor campo de acción impidiendo que la guerra crezca, más que solucionándola. En todo caso, el valor del trabajo de la persona singular y de los pequeños grupos, en tiempos de crisis, es inestimable, a pesar de la impotencia que periódicamente nos posee.
Para seguir leyendo La tercera realidad puedes:
- Buscarlo en tu biblioteca más cercana. Si no está disponible, consulta por el servicio de préstamo interbibliotecario.
- Adquirirla en las principales librerías del país o comprarlo en línea.
- Para comprarlo a la editorial Sílaba Editores.
Para saber más sobre la obra de Jorge Giraldo Ramírez, te recomendamos:
- Seguir el blog del autor, en donde difunde su producción personal en los campos de la filosofía, la música popular y el fútbol, así como mis opiniones en temas políticos y de cultura popular.
- Leer esta intersante entrevista sobre su libro Las ideas en la guerra.
Foto portada: © Cortesía Universdad Eafit