«La perra»: la historia de Damaris y de todo lo que no hemos podido ser


El autor de este texto es un estudiante de quinto semestre de administración de empresas. Como participante activo del Club de Lectura Virtual, comparte aquí sus impresiones sobre la novela La perra. ¿Qué le llamó la atención a nuestro amigo lector? Un texto del reto 10 libros en 2020.

Por Jhon Jairo Ibarra Jurado, Bogotá*

Mi amor por los libros podría describirse como una montaña rusa: al principio sube y luego baja. Aunque, en mi caso, desde que comenzó a subir, esa montaña rusa nunca más volvió a bajar. La verdad, mi acercamiento a los escritores colombianos ha sido lento, pues hasta ahora solo había leído dos libros –durante mi tiempo en el Ejército–: La rebelión de las ratas (1962), de Fernando Soto Aparicio, y La última vida del gato (2007), de Mauricio Vargas: qué coincidencia, ¿no?, ratas y gatos…

Decidí leer a la escritora Pilar Quintana cuando supe que estaba en el grupo de jurados del concurso Bogotá en 100 palabras, una convocatoria de escritura en la que, cada año, todos los ciudadanos podemos retratar a nuestra ciudad, componer una historia según nuestra propia mirada. Pensé que leer un libro suyo de pronto me ayudaría a ganar, pero resultó que no. En todo caso, un día me acerqué a una librería y compré dos libros escritos por colombianos, dos obras que fueron dos descubrimientos: La perra, de Pilar Quintana, y Diario del fin mundo, de Mario Mendoza.

Empecé con la obra de Pilar, una novela corta y muy digerible. En primer lugar, me sorprendió ver que «Colombia tiene escritoras». Parece algo lógico, pero no lo es, es algo que hay que decir y reconocer. Leer esta novela significó para mí entrar a un mundo totalmente nuevo: al Pacífico colombiano; un mundo tan nuevo como lo es el que describe José Eustasio Rivera en La vorágine.

Aunque he leído a pocos autores de Colombia, desde mi punto de vista, los escritores en este país se han caracterizado por ser historiadores, pues desarrollan sus narrativas a partir de hechos históricos trascendentales. En el caso de La perra, veo que esta, sin embargo, es una historia que se aleja completamente de algunos temas que nos aquejan: el accionar de grupos armados, el narcotráfico, la vida de Pablo Escobar… En su novela, Pilar Quintana nos sumerge en la historia de Damaris, una mujer que, a poco de cumplir cuarenta años, se siente frustrada por no haber logrado un sueño que suele ser recurrente en muchas mujeres: ser madre.

Como vemos al principio de esta novela, un día surge para la protagonista una posibilidad de liberar ese amor maternal que, en lugar de ser un sentimiento cálido, es un resentimiento desgarrador. Adopta una cachorra de una camada de perritos, dejada por la perra de la dueña de la tienda. Damaris vuelve con ella a su hogar en donde está su esposo Rogelio, acompañado por tres perros más.

«Como era temporada baja, en el estadero no había mesas ni música ni turistas ni nada, solo el espacio vacío que ahora se veía enorme con doña Elodia sentada en un banco y los diez cachorros dentro de una caja de cartón. Damaris los miró con atención hasta que se decidió por uno.

—¿Me puedo llevar ese? —dijo.

Doña Elodia puso en la caja al que acababa de alimentar, sacó el que Damaris había señalado, uno de pelo gris y orejas caídas, y lo miró por detrás.

—Es una hembra —dijo».

Y poco a poco vamos entrando en la historia de Damaris, un relato que guarda las vivencias de la autora durante sus siete años radicada en el pueblo de Juanchaco, cerca de Buenaventura. Vemos allí el amor frustrado de una mujer que quiere ser madre, vemos la violencia en la que viven las personas en el Pacífico, y nos sentimos reflejados en el acercamiento y el amor que le damos a los animales.

«Durante el día Damaris llevaba a la perra metida en el brasier, entre sus tetas blandas y generosas, para mantenerla calientica. Por las noches la dejaba en la caja de cartón que le había regalado don Jaime, con una botella de agua caliente y la camiseta que había usado ese día para que no extrañara su olor».

Entretejidas en esta trama están, de primera mano, las experiencias de Pilar Quintana en la selva colombiana. Entre todo lo que lleva a pensar esta obra, creo que la autora nos demuestra que incluso todo aquello que queremos puede convertirse de pronto en un sentimiento de desagrado y repulsión, pues, para sentir alivio, buscamos una salida a nuestras frustraciones. La historia de Damaris también nos conecta con todo lo que no pudimos ser o hacer, con todo lo que no hemos conseguido.

Me agrada que la literatura nos lleve hacia aquellos autores o autoras que, sea solo por coincidencia, estamos destinados a leer. Puede sonar a lugar común, pero creo que esta es una novela que todos debemos leer en algún momento de nuestras vidas.

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* Jhon Jairo Ibarra Jurado es bogotano y tiene 27 años. Disfruta la lectura y la escritura y es estudiante de administración de empresas. «Me gusta apoyar cualquier acto cultural y me fascina lo que hacen en Diario de Paz Colombia, los admiro muchísimo».

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Un comentario sobre “«La perra»: la historia de Damaris y de todo lo que no hemos podido ser

  1. El escrito de Jhon jairo Ibarra sobre la Perra es excelente, no parece un estudiante de administración si no de Literatura, plantea una dinámica muy relacional entre realidad y ficción, con sencillez y naturalidad nos muestra un resumen claro y contundente de lo que pasa en esas regiones olvidadas de nuestro país.
    Felicitaciones al joven administrador, que siga leyendo y comentado libros.

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