Cambiar el chip mental de la guerra: el reto de los periodistas


La comunicación es una de las facetas necesarias para preparar el terreno para el posconflicto y la construcción de una paz sostenible. El siguiente es un fragmento de Pistas para narrar la paz, un manual para construir historias publicado en el año 2014 por la Fundación Konrad Adenauer, KAS, en conjunto con la Plataforma de Periodismo del Consejo de Redacción. Por Olga Behar.

Durante medio siglo, los periodistas nos habituamos a vivir la guerra y a narrarla. Desde los medios de comunicación, la agenda promovió –y lo sigue haciendo en líneas generales– el lenguaje de la confrontación y la exhibición de los horrores que ella produce.

En no pocas ocasiones, los procesos de negociación con los alzados en armas permitieron al periodismo avanzar en la construcción de una nueva narrativa. Pero, a excepción del período posterior a la desmovilización de cinco organizaciones guerrilleras en los albores de los noventa, cuando hubo un ejercicio de reconstrucción de la memoria histórica de pasajes escenificados en las dos décadas anteriores, los medios tradicionales han sido esquivos a esta alternativa.

La disculpa de los estudios de sintonía –que parecerían favorecer a los informativos que presentan una mirada belicosa– en realidad enmascara una agenda contraria al fin de la guerra interna, a la reconciliación y a la acogida dentro de la sociedad de los actores del conflicto.

Frente a esto, los periodistas no pueden aceptar que la única agenda posible sea la política editorial del medio en donde laboran. Para construir nuevas narrativas es importante que los trabajadores de los medios creen su propia agenda, construyan un nuevo glosario que elimine conceptos que favorecen la penetración de mensajes guerreristas y, sobre todo, aprovechen todos los espacios para divulgar sus escritos.

Convencer a los editores de que ha llegado el momento para acompañar, desde los medios, este proceso que parece irreversible, es tarea de los periodistas, todos los días y en todas las horas. Refugiarse en géneros como el reportaje y la crónica es otra alternativa para contar episodios y descubrir personajes que son ignorados en las informaciones cotidianas.

Hoy, en los nuevos medios que se desarrollan a partir de la era digital, hay otro nicho para la emisión de buenos contenidos.

Y, principalmente, es imperativo que cada uno de nosotros entienda que narrar la guerra es necesario para conocer la verdad histórica, pero que debemos cambiar el chip mental con el que trabajamos durante medio siglo, para prepararnos a cubrir y relatar el posconflicto colombiano.

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Este fragmento fue reproducido con autorización de la Fundación Konrad Adenauer, KAS. Los invitamos a leer y usar el manual completo aquí.

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