Lo que encontraron diez buzos colombianos en las islas de San Bernardo

El 8 de junio es el Día Mundial de los Océanos. Este año, un grupo de buzos colombianos recorrió parte del archipiélago de San Bernardo, no precisamente para explorar o contemplar la fauna y flora marina. Esto fue lo que hicieron y lo que encontraron. Una historia para reflexionar sobre nuestra relación con los mares y el planeta.

Por Koleia Bungard

Me enteré de esta historia una tarde de principios de junio, cuando, en medio de una conversación, mi prima sacó su teléfono y me mostró un video tomado por el buzo Santiago Molina frente a Santa Cruz del Islote, en el archipiélago de San Bernardo, Caribe colombiano.

El video mostraba a un grupo de buzos en medio de basura, basura, basura y más basura, y la pregunta que me despertaron las imágenes fue ¿por qué bucear en un mar de basura y no –como suele suceder– en busca de corales y vida marina? ¿A quién se le ocurre meterse a un basurero en el mar? Mi prima me contó lo básico: el video se lo compartió María Posada, su cuñada, quien hizo parte del grupo de buzos que, aquel día, se metió al mar con una tarea concreta: recoger basura.

El video –y la historia detrás de él– me dejó tan inquieta que contacté a los buzos y al capitán del Puerto de Coveñas, de la Dirección General Marítima (DIMAR), autoridad marítima colombiana. De entrada me pareció que lo que ellos hicieron es una acción ejemplar de paz y gratitud hacia los mares y el planeta.

Colombia bajo el mar

María Posada Ramírez es una abogada y educadora ambiental. Es antioqueña, tiene 29 años, bucea hace siete y hace parte de la casa de buceo de Medellín, Mascarón de Proa. Cuando la contacté para que me contara lo que había pasado ese día, me compartió las imágenes que tomó Santiago Molina esa jornada y me contó que la primera semana de junio la Capitanía del Puerto de Coveñas le solicitó apoyo a Mascarón de Proa y a otras casas de buceo para hacer una limpieza de suelos marinos y de las playas de Tintipán. También me reenvió un mensaje que ella escribió y compartió con sus amigos y familiares ese día:

“Hoy es el Día Mundial de los Océanos y fui invitada a compartir esta experiencia. Decidí hacerle una ofrenda al mar por todas las dichas que me ha dado, y me lancé a la no tan agradable aventura de limpiar las zonas aledañas al islote. La verdad, me quedo corta con las sensaciones que tuve, lloré y sentí una enorme impotencia”.

María me contactó con el capitán de fragata Alex Wladimir Melo Gómez, quien desde hace 22 años es oficial de la Armada Nacional. Muy amable y receptivo, el capitán Melo me contó que, unas semanas atrás, mientras hacían inspecciones de litorales, la Capitanía de Puerto de Coveñas identificó muchas aglomeraciones de residuos en el lecho marino de Santa Cruz del Islote y en las playas de Tintipán.

“Al observar la afectación negativa que esto tiene en el medio ambiente marino, surgió la idea de realizar una jornada de limpieza submarina y limpieza de playas, y qué mejor fecha que el 8 de junio, Día Mundial de los Océanos”.

Lo que pasó ese día, según María, fue esto. Entraron a las diez de la mañana, eran diez buzos, cada uno tenía un costal y la idea era ir llenando basura en los costales. 

«Cuando íbamos a entrar creímos que podíamos dar una vuelta a la isla para limpiarla del basurero, pero ninguno tuvo que moverse del lugar donde se sumergió porque donde estaba podía escarbar y escarbar y escarbar basura hasta el infinito. Casi todo eran plásticos blandos, como botellas de gaseosa o agua. En promedio cada uno llenó entre cinco y seis costales. Fue una sensación muy triste”.

Para Santiago Molina, la experiencia fue a la vez alegre y triste: «Me dio alegría saber que hay muchas personas que están comprometidas con generar un impacto positivo en nuestro ecosistema. Pero fue muy triste e impactante ver cómo ya áreas de nuestro océano están completamente contaminadas por desechos de todo tipo». 

Santiago grabó la experiencia por unos minutos con la cámara de su celular (cubierto por una carcaza), pero filmó «muy poco porque el ver todo eso me generó una sensación muy maluca y decidí dejar de lado la grabación y sacar todo lo que pude».

Para hacer la limpieza, la capitanía no solo invitó a María Posada y a los buzos de Mascarón de Proa, sino que armó un plan y un equipo de trabajo que incluyó guardacostas, miembros de la Infantería de Marina de la Armada Nacional, funcionarios de empresas privadas, de hoteles, de la Defensa Civil de Cartagena, de la empresa de aseo urbano de Cartagena, la policía de turismo y, sobre todo, a la comunidad que participó ayudando a recoger basuras en tierra firme.

Además de limpiar las aguas, en Santa Cruz del Islote y en Tintipán se realizó un taller de sensibilización con los niños del islote, donde se habló de la importancia de cuidar los ecosistemas marinos.

Más allá del sentimiento de los buzos ese día, considera el también buzo Guillermo Cámara –instructor de Cartagena Diving Co.–, alrededor de estos eventos es importante reflexionar sobre temas como el tratamiento de los residuos en las zonas más remotas del país, la educación de los habitantes y, en muchos casos, revisar la información proporcionada a los turistas para la correcta disposición de éstos.

De todas las experiencias del día, dice el capitán Alex Melo que “lo mejor fue el trabajo en equipo. Es muy gratificante articular a petroleros, buzos, autoridades, nativos, hoteleros, turistas y niños con un solo objetivo en pro del medio ambiente marino”. Para él, el comprometer a la comunidad hace que el trabajo sea más eficaz, pues se genera conciencia de que la basura se debe disponer en puntos de acopio y no en la superficie de las playas o el medio marino.

La jornada tuvo muchos retos, sin embargo. El más grande, según el capitán Melo, fue trasladar el personal participante y todos sus equipos al lugar del evento. Las islas se encuentran a 24 millas náuticas de Coveñas, y los buzos de Medellín, como María, viajaron más de diez horas. Otro reto fue definir el área a intervenir, debido a que son muchas las áreas que se encuentran afectadas, pero no todas podían intervenirse. Y el tercer reto fue la lucha contra el tiempo, pues por condiciones atmosféricas el equipo tenía que regresar a Coveñas antes de las tres de la tarde y disponían solo de unas cuantas horas para sacar los residuos, recolectarlos, pesarlos y llevarlos al lugar destinado de acopio donde, al día siguiente, la empresa Aseo Urbano los llevaría a Cartagena. Los aprendizajes, no obstante, son bastantes:

“Es importante –dice el capitán– que estas actividades se hagan periódicamente para garantizar la permanencia de los ambientes y las especies marino-costeras. También es necesario hacer un seguimiento al área intervenida y poder evidenciar los cambios en las condiciones ambientales”.

A María Posada, por su parte, la experiencia la llevó a reflexionar más allá del contexto local e inmediato. Para ella, “el turismo solamente muestra la cara amigable del hombre con la naturaleza; lo otro, lo que deja el turismo, no vende”. Ella cree que “Si los seres humanos –tan inteligentes y conscientes– tuviéramos un poquito de empatía con nuestro entorno y con todo lo que nos rodea, tendríamos conciencia de todo lo que producimos, compramos, utilizamos y desechamos”.

Su llamado es a que todos, en el lugar del país y del mundo en que vivamos, tengamos más cuidado con lo que desechamos; reutilicemos y reciclemos todo material no degradable, y rechacemos cada oportunidad de generar más basura. “Creo que es apenas justo con el mar y con el planeta entero, por tanta vida que nos da”, dice María.

Santiago, por su parte, tiene un sueño que espera realizar un día no muy lejano:

«Sueño con poder organizar salidas de buceo ecológico de recolección de basura subacuática, que sean gratuitas para los buzos y apadrinadas o patrocinadas por empresas que generan, directa o indirectamente, impactos negativos al planeta».

Esta primera experiencia en Santa Cruz del Islote y en la isla Tintipán ya es un referente, una iniciativa que vale la pena replicar en otras regiones de Colombia, y no solamente el Día Mundial de los Océanos.

Tú también puedes ayudar a conservar la vida acuática y marina. No tienes que vivir a la orilla del río o el mar. Para hacer las paces con el planeta, aquí hay unos consejos que nos deja el capitán de fragata Alex Melo:

–Reduce el uso de cualquier elemento que posteriormente se convierta en residuo sólido.
–Dispone la basura solo en canecas o sitios de acopio indicados.
–Realiza jornadas de limpieza en tu barrio o comunidad.
–Recicla como medio más útil para reducir la cantidad de residuos sólidos.
–Nunca deposites basuras en cuerpos de agua, pues finalmente esas basuras van a llegar al mar.

Agradecimientos: Este artículo de periodismo constructivo fue escrito de manera colaborativa, gracias a la inspiración de Luisa Fernanda Jaramillo (¡prima de Koleia!) y a la disposición y el apoyo de María Posada, de la casa de buceo Mascarón de Proa, Santiago Molina y el capitán Alex Melo.

Video y fotografías: cortesía Santiago Molina y capitán Alex Melo

En este evento de limpieza marina participaron las siguientes instituciones, organizaciones y empresas: Dirección General Marítima (DIMAR) a través de la Capitanía de Puerto de Coveñas, Guardacostas de Coveñas, Base de Entrenamiento de Infantería de Marina en representación de la Armada Nacional, PNN Corales islas del Rosario y San Bernardo, empresas OCENSA, PELAGUS life experiences, DISSMO for audio and tech lovers, hoteles Salsipuedes de Tintipán y Punta Faro de Mucura, escuelas de buceo  Mascarón de Proa de Medellín, Coveñas Diving Co, de coveñas y Cartagena Divers de Cartagena; la Defensa Civil de Cartagena, Policía de Turismo de Cartagena, la comunidad del islote Santa Cruz y Tintipán, y la empresa de aseo urbano de Cartagena.

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