“Ojos de perro azul”: la génesis literaria de Gabriel García Márquez


Los catorce relatos que componen este libro reflejan la incubación narrativa de nuestro Nobel de Literatura. Este artículo ofrece una mirada en profundidad de sus características y del contexto en el que los escribió el autor. Puedes leer este libro gratis y en línea siguiendo este enlace. Para solicitar el préstamo debe registrarte en el Internet Archive.


Por Juan Hernández Gutiérrez* [Alemania]

Este libro no es una de las obras más populares de García Márquez. Tampoco es el primer libro de relatos publicado en su vida. Y, a pesar de ello, esta colección de cuentos es de suma relevancia para todos aquellos interesados en acercarse a los orígenes del escritor más importante de la historia colombiana y, como dijo Juan Villoro en una de sus conferencias dadas en la Casa Estudio Cien, el escritor más reconocido de América Latina de la segunda mitad del siglo XX. 

Ojos de perro azul recoge los primeros relatos cortos escritos por el autor entre 1947 y 1952, periodo en el cual deambuló por Bogotá, Cartagena de Indias y Barranquilla. Durante este quinquenio, el joven veinteañero y aspirante a escritor buscaba un lugar en este mundo: inició su carrera como periodista en Cartagena de Indias gracias a Manuel Zapata Olivella; desistió de convertirse en abogado después de tres años interrumpidos de estudios, y dejó atrás sus poemas vanguardistas del internado de Zipaquirá para dar sus primeros pasos como cuentista en la prensa nacional. 

En su primera edición de 1974, Ojos de perro azul incluyó todos los textos publicados en la sección literaria del periódico El Espectador de Bogotá, ciudad que él mismo calificó como la más fea del mundo. En la edición más reciente de 2012, se añadieron un par de relatos refundidos entre los archivos de la desaparecida revista Crónica y en la biblioteca privada de Ramón Vinyes, el sabio catalán de Cien años de soledad, en Barcelona. 

Aquellos lectores que decidan sumergirse en esta compilación se encontrarán frente a un formidable y desafiante ejercicio de arqueología. Los catorce vestigios literarios incluidos en ella les permitirán conocer lo que Mario Vargas Llosa bautizó en su tesis doctoral como la prehistoria narrativa de García Márquez. 

La muerte es el tema predominante en la mayoría de estos cuentos. Sus primeros relatos (“La tercera resignación”, “Eva está dentro del gato” y “Tubal-Caín forja una estrella”) escritos en su habitación estudiantil en la Calle Florín de Bogotá justo antes del Bogotazo, son una muestra de ello. En estos textos de difícil lectura, el ambiente en que se desarrollan las tramas es lúgubre y denso, con una fuerte carga psicológica que raya con lo abstracto. No percibimos lo que los personajes hacen o dicen, pero sí lo que piensan: el narrador omnisciente nos cuenta los pensamientos de unos personajes que asumen su muerte física de varias formas: la negación, la reencarnación y la ensoñación.   

Después de leer estos cuentos surge la inquietud sobre si este tríptico cachaco no es más que una premonición de la violencia desatada en el país tras la muerte de Jorge Eliecer Gaitán aquel fatídico viernes, 9 de abril de 1948, ¿realidad y ficción?   

En sus relatos posteriores (desde “La otra costilla de la muerte” hasta “Un hombre bajo la lluvia”) García Márquez va depurando su escritura, como todo un escultor principiante que con martillo y cincel escudriña por entre el bloque de mármol que esconde su primera escultura. Es en Barranquilla donde logra un estilo más ameno con el lector, deshaciéndose de esas frases largas y párrafos aún más extensos, llenos de metáforas y adjetivos. Allí es cuando se afianzan otros de sus temas presentes a lo largo de su obra: la soledad y la decadencia del pasado glorioso de sus personajes. 

Este libro está disponible en el Internet Archive para lectura en línea. Puedes acceder a la obra siguiendo este enlace.

Es precisamente en esta época cuandoescribe los dos mejores relatos incluidos en esta colección: “La mujer que llegaba a las seis” y “Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo”. 

El primero de ellos lo publicó en mayo de 1950, el año más productivo de sus inicios como cuentista. Apareció por primera vez en Crónica, revista de corta vida en la que José Félix Fuenmayor y Álvaro Cepeda Samudio también publicaron varios relatos. Allí fue publicado el único  relato policiaco de García Márquez, en respuesta a un reto interpuesto por Alfonso Fuenmayor, director de la revista. La historia tiene varios de los elementos del género policial: un crimen, un culpable y una confesión. Deja por fuera de la ecuación al investigador y lo reemplaza por un cómplice enamorado. El autor hace uso de un narrador omnisciente que, en vez de contarnos lo que piensa cada personaje como en textos anteriores, nos muestra lo que hacen y dicen con diálogos intensos y descripciones certeras que mantienen al lector a la expectativa hasta la última frase del relato. No nos queda más que agradecer a Fuenmayor por habernos regalado uno de los mejores cuentos de García Márquez. El mismo Mario Mendoza declaró no hace mucho en una entrevista que habría dado lo que fuera por haber escrito “La mujer que llegaba a las seis”. 

El segundo relato, “Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo”, fue rescatado por el fundador de la Revista Mito entre los papeles de García Márquez antes de marcharse a Europa en 1955, y es una escisión, un apéndice, un aborto de su novela inaugural. La primera versión del relato fue publicada bajo el nombre de “El Invierno” en el diario El Heraldo, en diciembre de 1951. Allí nos cuenta la historia de esos tres días en que no paró de llover sobre Macondo después de siete meses de sequía. Empieza a asomarse lo fantástico-maravilloso en su obra. A través de los ojos de Isabel, su personaje principal, vemos cómo la lluvia incesante cambia su vida, la de su familia y la del pueblo entero. El conflicto deja de estar en los pensamientos de sus personajes para posicionarse en la voraz naturaleza del caribe colombiano. Aparecen en este cuento otros temas importantes en futuros libros como lo son la casa de familia, el pueblo decadente de glorioso pasado del caribe colombiano y, por supuesto, los personajes principales de La hojarasca. Este relato es uno de los primeros ladrillos sobre los que García Márquez edificaría años más tarde el universo fantástico de Macondo.  

Los catorce relatos que integran Ojos de perro azul no son sus mejores piezas literarias. Su lectura requiere tiempo y paciencia. Pero gracias a su publicación, somos testigos de la incubación narrativa del primer y único gran clásico de la literatura colombiana.

*Juan Hernández Gutiérrez es politólogo colombiano y reside en Alemania. Disfruta de la lectura, en especial si es latinoamericana. Dice que también le gusta escribir, en particular historias enfocadas “los ofendidos y humillados en las periferias de este nuevo mundo feliz globalizado”. Es miembro del Club de Lectura desde noviembre de 2020.

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Politólogo de profesión y aficionado a las letras. Amante de la literatura, en especial si se trata de escritorxs latinoamericanxs. Disfruta de la escritura, sobre todo de relatos sobre lxs ofendidxs y humilladxs en las periferias de este nuevo mundo feliz y globalizado.

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