El Club de Lectura de Diario de Paz incluyó en el Plan 2024 la novela de Silvia Galvis La mujer que sabía demasiado. La siguiente es una reseña que comenta las características de una obra literaria que combina investigación periodística, ficción, humor y es, a la vez, una radiografía de la realidad política nacional. ¿Ya leíste la novela? Comparte tus impresiones en los comentarios de este post 😉. Muy recomendada.
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Por Gerardo Ovalle [Bogotá]
La novela La mujer que sabía demasiado ha sido catalogada dentro del subgénero policiaco denominado novela negra. Ese adjetivo, que por lo general se emplea en compañía de otros sustantivos, se usa habitualmente con una connotación negativa o de forma despectiva. Tenemos así a la oveja negra o se habla de alguien que tiene la conciencia negra. Sin embargo, la novela de Silvia Galvis huye de la oscuridad y nos brinda luz sobre un hecho que conmocionó al país en 1995: el caso judicial conocido como el proceso 8.000, que investigaba la llegada de dineros del narcotráfico a la campaña presidencial del entonces candidato Ernesto Samper.
Los eventos de esa “ficción” plasmada en diez capítulos, nos acercan a la investigación del fiscal Bruno Nolano. El protagonista efectúa un trabajo investigativo que, en parte y en la vida real, realizó el periodista Alberto Donadío, esposo de la autora y a quien ella inmortaliza en la figura del fiscal asmático.
“Bruno Nolano había solicitado al archivo de la Fiscalía las publicaciones relacionadas con Diana Barragán y José Modesto Saldarriaga. Al pie del escritorio, amontonadas en relativo desorden, había dos pilas de periódicos y revistas. Muchos ya estaban señalados con círculos de tinta roja, así que no demoró en encontrar lo que buscaba«.
«–Dicen que el que busca encuentra, y eso es verdad; solo que, a veces, uno encuentra lo que no estaba buscando o lo que no se le había perdido –pensó”.
Esos fragmentos, tomados de la primera edición (Planeta, 2006), son evidencia del intento por esconder la realidad que encierra la novela. De manera atrevida la editorial hizo varios cambios en procura de distanciar la obra del Proceso 8.000, al que bajo la misma premisa en el libro se le llama El proceso del siglo. Diana Barragán es el nombre dado a Elizabeth Montoya de Sarria, apodada «la Monita Retrechera«, y el no tan modesto señor Saldarriaga encarna al esposo de la monita, Jesús Amado Sarria, un exsuboficial de la Policía Nacional de Colombia.
“Todos me constan. Adjunto la lista con nombres y cargos. Todas esas personas, treinta en total, trabajaron en la campaña en todos los niveles y fueron nombrados en el Gobierno o en el exterior para evitar el riesgo de su testimonio en el contexto del llamado Proceso del Siglo”.
La novela negra se caracteriza por la sangre, los sarcasmos, la ironía y otros rasgos que Silvia Galvis también incluye y que atrapan la atención del lector como lo hacían los pioneros del género en la primera mitad del siglo XIX. Los eventos avanzan en forma vertiginosa, tanto que nos sentimos a bordo del tren en que viajan a diario dos extraños. Las pistas para hallar los diamantes nos recuerdan la búsqueda de la estatuilla con forma de halcón; en el fiscal auxiliar Reina vemos algo del detective Philip Marlowe, interpretado por Humphrey Bogart. Esta obra nos acerca a la realidad de la corrupción política en Colombia y a la ficción palpable de la sangre.
“Sin apartar los ojos del espejo retrovisor derecho, Pilatos iba imaginando la escena: el cuerpo manando sangre a borbotones, el cráneo destrozado, las paredes de la sala salpicadas de masa encefálica. Seguramente ya habría empezado la expulsión de las inmundicias”.
Esta obra es una denuncia disfrazada de novela. Fieles a la convicción de que la verdad debe salir a la luz duélale a quien le duela, Silvia Galvis y Alberto Donadío dejan parte de sí mismos en Bruno y Sara. Es esta una historia de la cual todos llegamos a consumir parte de los pedacitos masticados por los medios de comunicación.
En el año 2013, siete años después de que este relato se exhibiera en las librerías, la publicación del libro Memorias olvidadas del expresidente Andrés Pastrana, no hizo más que confirmar lo ya revelado por esta narración que inicia con el asesinato de alguien que conocía lo suficiente para derrocar a un gobierno, con la sangrienta muerte de la mujer que sabía demasiado.
“El cuerpo en posición natural de cubito dorsal, los miembros superiores derechos en semiflexión, izquierdo en extensión, lo mismo los inferiores en extensión, pies con rotación externa, cabeza al nororiente, pies al suroccidente, la parte del tórax sobre el piso del baño, la parte inferior sobre la sala, junto al cadáver se encuentran diferentes vainillas y fragmentos de proyectil blindado, calibre 9 milímetros. El cuerpo vestido con un suéter de lana, azul con puntos blancos, pantalón de estribo de algodón color blanco, tenis blancos en cuero, medias blancas, combinación corta de nylon color piel, sin ropa interior. La occisa presenta veintidós impactos de arma de fuego…”
Sobre la autora:
Silvia Galvis Ramírez fue una periodista y escritora colombiana. Nació en la ciudad de Bucaramanga, el 24 de noviembre de 1945, en el seno del matrimonio de Alejandro Galvis y Alicia Ramírez. Su padre, un periodista destacado y político del partido Liberal, tuvo una gran influencia sobre ella, que durante su vida profesional, dirigió el periódico Vanguardia Liberal, fundado por él en 1919. Silvia terminó sus estudios escolares en Cincinnati (Estados Unidos) y posteriormente se graduó de Ciencias Políticas en la Universidad de Los Andes. Su trabajo periodístico es admirado por la templanza con la que asumía sus posiciones críticas y su buen sentido satírico, además, es reconocida por su contribución al periodismo investigativo. Por otra parte, su obra literaria combina elementos de ficción con los resultados de investigaciones históricas y sus novelas contribuyen al reconocimiento del espacio de las mujeres dentro de la historia nacional. Murió a los 64 años en su ciudad natal, Bucaramanga. [Fragmento tomado de La Enciclopedia, Banco de la República Cultural]
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