Cada año, un grupo de niños y jóvenes organizan el Festival Río Paz, para hacer memoria y tener presentes a quienes perdieron la vida en su municipio en medio del conflicto armado. Este año, el VI Festival Río Paz «Guayas: Fuente de Vida y Reconciliación» se realiza entre el 26 y el 28 de abril. En este texto, el joven caqueteño Javier Sánchez cuenta cómo y por qué surgió el festival y reflexiona sobre los sueños de construcción de paz en su territorio. Parte del especial Jóvenes de paz en Caquetá, Colombia.

Por Javier Sánchez
El 19 de marzo de 2018, la comunidad de Rionegro cumplió cincuenta años de fundación, cincuenta años y un tanto más de esperanzas y anhelos de paz, de buscar un pedazo de tierra donde vivir, cultivar y levantar una familia; como dicen nuestros pobladores “sin hacerle daño a nadie y más bien ayudar y vivir como pueda uno”.
En toda esta historia de conformación de la comunidad llegó el momento en el que se incrustaron, a la ya existente precariedad, la violencia y el conflicto armado en torno al narcotráfico. La antropóloga caqueteña Estefanía Ciro resume el impacto de todo esto en Diez puntos clave para conocer más a fondo la historia del Caquetá.
Los abuelos cuentan que si el río hablara, lloraría, pues su cauce y existencia –relacionada en un principio con abundancia y prosperidad, por ser un río navegable y proveedora de alimentos– hoy, después de tanta violencia, todos tenemos un familiar, un ser querido o cercano a quien grupos armados desaparecieron en sus corrientes. Tenía razón don Floresmiro Castro, campesino de la comunidad, cuando decía que “Antes de la coca, éramos como hermanos”.

Uno de los últimos hechos de esta violencia sucedió el 27 de abril del año 2012. Aquella madrugada la recibimos despiertos en el pueblo; ya habían transcurrido casi treinta días de la misma advertencia: debíamos alejarnos de la estación de policía en la mitad del pueblo, recién reconstruida. Las Farc –decían– iban a tomarse el pueblo y no responderían por quien estuviera ahí cerca.
Por esos días, caída la tarde, las personas que vivían en las casas cerca de la estación salían con sus cobijas y almohadas para pasar la noche en otro lugar. Una tarde, una familia no quiso salir, y fue entonces cuando ocurrió lo que habían advertido. Uno de los nueve cilindros bomba lanzados desde el otro lado del río cayó en la mitad de la sala de su vivienda. Tres personas perdieron la vida: una joven pareja y su bebé.
Aquel día aumentó la fatalidad en Rionegro. Muchas personas se desplazaron por miedo al recrudecimiento de las acciones. Otros nos quedamos. Entre ellos muchos niños, niñas y jóvenes.
Un año después decidimos hacer una actividad conmemorativa. La denominamos “Marcha por la vida y por la paz”. Fue una acción gestada desde los niños, niñas y jóvenes. Queríamos hacer que los habitantes de nuestra comunidad se unieran en algo común, “exigir” una vida en paz, como cuando se empezó conformar la comunidad hace cincuenta años.
Queríamos decir: No más violencia, no más miedo en nuestras casas, en nuestras calles, en nuestro pequeño pueblo ni en los niños y niñas de Rionegro.
Veíamos que, por el mismo miedo, los adultos no podían realizar acciones, pues hacerse líder era hacerse visible y por ende objetivo de uno u otro bando. Pensamos que nosotros los niños y jóvenes, más que nadie, teníamos y tenemos el derecho a marchar y a exigir que se acabe la guerra en nuestro pueblo.
Al ver que en el año 2014 participó tanta gente, al año siguiente decidimos hacer la marcha nuevamente, pero esta vez queríamos hacer algo más grande, con la visión de que nos pudiéramos encontrar como comunidad y con otras comunidades a compartir experiencias de paz, a reconstruirnos hacia el porvenir.
Así fue como en el año 2014, los que conformamos la Asociación de Jóvenes por Rionegro creamos el Festival RíoPaz. Invitamos a las comunidades rurales de nuestro corregimiento y a grupos culturales de otros municipios, y entre todos homenajeamos y resignificamos la memoria de quienes perdieron la vida en medio de la guerra.
Este espacio nos permite también inspirar vida, invitar a personas y comunidades a que nos replanteemos alternativas, reavivemos los sueños, compartamos alegría y nos acerquemos más.
Este 2019 el Festival Ríopaz se realiza del 26 al 28 de abril. Es un ambiente que nos permite reencontrarnos y tejernos nuevamente hacia una vida en paz.
Actividades como la caminata de las luces, actos culturales, muralismo, conversatorios, muestras audiovisuales hacen parte de este encuentro que lleva consigo el deseo de volver a vivir dignamente. Estas actividades propenden por la construcción de diálogo y memoria, el intercambio de saberes, la resignificación y la vida en comunidad. Y, vale la pena repetir: el festival es creado por niños, niñas y jóvenes que no se resignan a la tristeza.
Con esto expresamos que no olvidamos, que recordamos, que llevamos adentro el dolor, pero que miramos hacia adelante para construir una mejor comunidad, una mejor sociedad. Queremos recuperar nuestras raíces, reconstruir nuestra historia y, más aún, construir nuestro presente.
- Este artículo hace parte de Jóvenes de paz en Caquetá, Colombia. un especial de contenidos escrito de manera colaborativa entre Diario de Paz Colombia y la Asociación de Jóvenes por Rionegro.
- Si quieres aportar a los proyectos sociales que lidera Asojorio en el Caquetá, puedes seguirlos en sus redes sociales: Sitio web, Youtube, Flickr, Twitter y Facebook.
Artículos similares en Diario de Paz Colombia: