Nada revela más que cómo nos comportamos ante el fracaso, dijo el filósofo Cioran. En Diario de Paz Colombia publicamos historias de personas que, ante un posible fracaso, deciden actuar y convertir su situación en una oportunidad. Además, indagamos en conceptos como el fracaso, que nos ayudan a conocernos mejor a nosotros mismos.
¿Qué hacemos ante el fracaso? Una mirada desde el periodismo constructivo
Para continuar hablando del fracaso, tema que he venido abordado desde hace semanas, he decidido preguntarme qué puede enseñarnos éste sobre nosotros mismos. En Por qué fracasar no es ser un perdedor vimos como Francis Bacon, pintor francés, prefirió los rostros deformados y habló de una mancha como una oportunidad para crear.
A través de diferentes entrevistas he comprobado que la mayoría de personas instituyen o viven el fracaso, no como un fracaso en sí, sino como un paso previo a algo más. Lo valioso del fracaso no está en suponer que después de éste venga el éxito, sino en notar que, a pesar de todo, hay quienes deciden continuar. Esa resistencia lleva, por ejemplo, a transformar una tragedia en oportunidad. Lo que nos enseña Súper Santi para prevenir la Muerte Súbita Infantil (MSI).
Por ello, el periodismo constructivo es una alternativa ante al fracaso. No se trata, como diversas personas nos lo han comentado, de esconder las situaciones donde fracasa el país o sus ciudadanos, sino de mostrar que, en medio de la tragedia, hay quienes continúan y, a través de la acción, aportan más soluciones y menos problemas.
En ese sentido, dentro de mi reportería sobre el tema del fracaso, me he encontrado con varias respuestas que me han sorprendido. Una de ellas fue la de dos músicos jóvenes de Medellín: Luis Bolívar y Melissa Zuluaga, quienes coinciden en algo: nunca han fracasado porque no han dejado de intentarlo. De allí surgió el artículo Cuando fracasar es no dejar de intentarlo. En este se cuenta cómo, paso a paso, los dos jóvenes han logrado vivir de la música.
De la misma manera, al hablar con la actriz colombiana Carolina Mejía, quien además de hacer teatro se ha dedicado a escribir y a dirigir, me doy cuenta de que el fracaso también puede ser visto como la oportunidad de mirarse al espejo.
El fracaso te lleva a confrontarte y esto te da un impulso mayor para retarte. Uno vive tiempos que pueden ser un paréntesis en la vida profesional. Pero estos paréntesis son abono, es de lo que uno se nutre como artista.
El testimonio de Carolina contrasta con la opinión de que el fracaso es imposibilidad.
El fracaso como posibilidad de reivindicar la dignidad humana
Si bien el fracaso puede considerarse como oportunidad, este es moldeado por cada persona o, según los cuentos de Julio Ramón Ribeyro, por cada personaje.
En un artículo académico sobre el escritor Julio Ramón Ribeyro Juana Martínez profundiza en cómo los cuentos de Ribeyro construyen una estética desde el fracaso. Por ejemplo, en el cuento El profesor suplente, el protagonista es un cobrador que desea un ascenso. Pero cuando se le presenta la oportunidad de ocupar un puesto de profesor suplente, decide aferrarse a su condición de cobrador y no aceptar ese ascenso; una especie de dignidad que, a pesar de su condición de hombre mediocre –según lo dibuja Ribeyro– lo reivindica. Martínez explica:
En su constante fracaso algunos de estos personajes se empeñan, no obstante, en reivindicar su dignidad humana. Pese a su cadena de pérdidas y a su no llegar infinito son conscientes de su frustración y se resisten a perder su hombría con toda entereza”, explica Martínez.
Para Juana Martínez, en los cuentos de Ribeyro el fracaso se da generalmente por la crisis de identidad que viven los personajes. Situación que les permite salir, por unos segundos, del rol de víctimas que han asumido ante el mundo urbano que los consume.
En el caso de los personajes de Ribeyro, es el fracaso lo que les ayuda a revindicarse y estar lo más cerca posible de lo que podría considerar digno en una sociedad que los abruma. Mientras que la condición de artista, ya sea Francis Bacon, Melisa Zuluaga y Luis Bolívar y Carolina Mejía fracasar o fallar sólo implica preguntarse ¿cómo lograrlo en un próximo intento? Es decir, ya sea consciente o intuitivamente, el fracaso, la mancha o la imposibilidad de lograr algo, estimula su propia creación.
En el fracaso se revela quiénes somos
Hasta el mismo Cioran, filósofo del fracaso, lo tenía bastante claro: «Sólo somos nosotros mismos por la suma de nuestros fracasos». Pero Cioran va más allá, hasta rozar o, mejor, sentarse encima de lo incómodo o doloroso para muchos. “¿Y que si he fracasado? El mundo, la humanidad entera también lo ha hecho”.
La mirada desesperanzadora que Cioran le da al fracaso, no sólo es ruina:
Así es como reconocemos al hombre que tiende hacia una búsqueda interior: colocará al fracaso por encima de cualquier éxito.
Costica Bradatan, profesor de humanidades en Texas Tech University, traducido por María del Carmen Navarrete, nos dice que Cioran piensa que el fracaso es esencial porque “nos revela a nosotros mismos, nos permite vernos como Dios nos ve; mientras que el éxito nos aleja de lo más interior en nosotros y, de hecho, en todo”.
Para Bradatan, citando a Cioran, el cómo se lidia con el fracaso es lo que revela más de uno. Sólo “en el fracaso, en la grandeza de una desgracia, puedes conocer a alguien”.
¿Cómo actuar ante el fracaso?
En Diario de Paz Colombia hacemos periodismo constructivo. Publicamos historias de personas que transforman la realidad a través de proyectos significativos para una comunidad. Es una elección personal o línea de acción que, según Jiddu Krishnamurti, escritor y orador, se genera cuando:
- Se encara la pregunta de ¿qué puede hacer uno ante mundo?
- Se halla una línea de acción que no sea contradictoria sino íntima y completa.
- Se examina y observa este problema llamado vida para encontrar si hay una acción o un modo de vivir en el que haya gozo sin violencia, brutalidad ni contradicción, dependencia o imitación.
A partir de estos tres puntos, el fracaso cobra otro sentido. Como escribí en Examinemos este problema llamado vida. ¿Qué nos enseña Krishnamurti sobre el fracaso?, “no se puede entender el fracaso como algo opuesto al éxito, sino como parte de la reflexión que Krishnamurti invita a hacer: observarse a partir de lo que uno es, sin situar al mundo por fuera de uno mismo”.