¿Qué significan la paz y la reconciliación para los habitantes del municipio de Dabeiba, en el norte de Antioquia? Este artículo presenta algunas impresiones recogidas por el equipo de Everyday Peace Indicators en Colombia, una mirada a las manifestaciones cotidianas de reconstrucción del tejido social en comunidades que han vivido y sufrido de cerca la guerra. Parte del especial Paz en Colombia.
Por Equipo EPI Colombia*
Con el proceso de paz se abrieron las puertas para diferentes aspiraciones de las comunidades sobre la forma como lidiar con el pasado y con las formas de justicia necesarias para poder dar pasos adelante hacia la reconciliación. Si se logra la armonización de los grandes actos institucionales de reconciliación, memoria y perdón, junto con las demandas más concretas de las comunidades y el saneamiento de los vacíos del Estado, las posibilidades para la reconciliación se potencian. Dabeiba, donde nuestro equipo está investigando la experiencia cotidiana del proceso de paz, tiene una oportunidad importante para materializarlo.
Era sábado, 29 de febrero del 2020, cuando en el parque de Dabeiba, al occidente de Antioquia, se reunieron indígenas Embera Eyabida, excombatientes de la guerrilla de las FARC, representantes de instituciones y organizaciones vinculadas al proceso de paz y pobladores del municipio, para hacer parte del Ritual del Perdón por medio del cual las FARC pidió disculpas a este pueblo indígena por todos los actos que, en medio de la guerra, afectaron sus territorios y comunidades.
El acto simbólico buscaba reconocer el dolor vivido y abordar, desde la cosmovisión espiritual propia de los Embera, la necesidad de perdón y armonización para avanzar en la construcción de verdad y reparación.
Esta acción de reconciliación fue concertada entre dirigentes indígenas del pueblo Embera e integrantes del partido FARC y hace parte, entre otras acciones, de actos de reconciliación que se vienen dando en el municipio. Convites, jornadas de adecuación y embellecimiento de espacios públicos, o torneos de fútbol han sido también acciones de encuentro en clave de reconciliación que han tenido lugar en distintas veredas y corregimientos del municipio.
“La comunidad perdona a sus victimarios para construir la paz” dijeron en La Balsita cuando hablábamos de indicadores cotidianos que explicaran sus concepciones de justicia y convivencia en el marco de la investigación que desarrolla EPI.
Como éstas, algunas otras reflexiones de habitantes de distintas veredas de Dabeiba, nos llevaron a confirmar la necesidad de generar actos de disculpas públicas, de reconocimiento de responsabilidades, de esclarecimiento de lo sucedido en medio de la guerra y de construcción de verdad.
Paralelamente a estos actos simbólicos y públicos, son ineludibles otras acciones que, por ejemplo, deben suceder al interior de las comunidades para dar trámite a conflictos cotidianos que suceden entre vecinos, en la escuela, o incluso al interior de las familias. Las prácticas colectivas que vinculan convites, actividades culturales o deportivas, así como el uso de lugares de encuentro para la gente (iglesias, canchas, etc.), o las actividades que posibilitan generar bienestar común, hacen parte de lo que llamamos sentido colectivo, y son vitales al proceso de reconciliación.
La responsabilidad y el qué hacer de las instituciones del Estado, las acciones de reconocimiento entre comunidades, el abordaje de conflictos al interior de las comunidades entre vecinos y, por supuesto, la integración de las personas excombatientes, hacen parte de las posibilidades de transformación del escenario de conflicto armado.
Comunidad de excombatientes del ETCR Llano Grande
Para entrar al Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) Jacobo Arango en Llano Grande se coge camino desde la cabecera municipal de Dabeiba, en un recorrido de entre cuarenta minutos y una hora y cuarto, según el medio de transporte con que se cuente; carro, motocarro o escalera están entre las opciones para llegar.
La carretera destapada y angosta sube por la montaña casi siempre nubada. Diez minutos antes de llegar al ETCR se pasa por la zona más poblada de la vereda Llano Grande donde, además de casas, hay una escuela, una fábrica de arepas y algunas tiendas y bares.
Desde el año 2017 allí en Llano Grande están ubicadas las viviendas prefabricadas donde viven excombatientes de las FARC. La huerta comunitaria, la casa modelo, el restaurante, la tienda comunitaria, el centro educativo infantil o la oficina de género son algunos de los lugares donde la comunidad se reúne a participar de alguno de los talleres o espacios formativos que hacen parte de los proyectos que instituciones y organizaciones desarrollan para acompañar el proceso de reintegración a la vida civil.
Estos son también espacios de encuentro para seguir construyendo sus perspectivas comunes, comprender los cambios que les ha implicado asentarse en un lugar y afinar el aporte que como comunidad quieren hacerle al municipio y a la región donde se encuentran.
Los indicadores que surgieron en las conversaciones con las personas del ETCR reflejan que se comprenden como una nueva comunidad en la vereda y en el municipio. En este sentido, las relaciones con las comunidades campesinas que les rodean son muy importantes en clave de coexistencia.
Sus preocupaciones por “atender a los que vienen a visitar el ETCR” o querer “invitar a la gente a visitar Llano Grande” y “llevar a cabo actividades y pedagogía con nuestras comunidades y veredas vecinas”, reflejan su interés en abrirse a la gente cercana y construir una buena convivencia.
También su participación activa en las elecciones municipales del año 2019, con el apoyo que como partido FARC hicieron al movimiento “Unidos por Dabeiba” y al actual alcalde del municipio Leyton Urrego, y la apuesta por la confianza y la reconciliación como propuesta de gobierno que esperan se fortalezca entre 2020 y 2023, hace parte del compromiso de paz que están manifestando en el territorio.
La presencia del ETCR y la activación de la institucionalidad de la paz en el municipio han conllevado también a que algunas comunidades campesinas expresen la necesidad de avanzar con los planes de reparación que aún antes del Acuerdo de Paz venían planteándose.
Los indicadores en comunidades campesinas, relacionados con las políticas sociales del Estado, se refieren a cuestiones de equidad y descentralización que de no ser abordados serán un limitante en el proceso de reconciliación e integración de las personas excombatientes, en tanto en muchos casos se considera que la inversión de la paz solamente se dirige al ETCR. En la vereda Las Cruces lo resumieron así: “campesinos y excombatientes tienen igualdad de oportunidades”.
La reconciliación más allá del ETCR, las veredas y reconciliación cotidiana
Si bien los grandes actos institucionales de reconciliación y perdón son fundamentales para la construcción de paz, la recomposición del tejido social es un proceso de mediana duración, que va mucho más allá de los excombatientes y está anclado en transformaciones cotidianas.
Para las personas de las diferentes comunidades de Dabeiba, la reconciliación pasa también por la justicia social, por el cumplimiento de viejas responsabilidades del Estado en materia de condiciones de vida y de las nuevas promesas llegadas con los vientos del Acuerdo de Paz: esperan que se construyan las vías prometidas, que lleguen los dineros de la paz a las veredas, que se paguen justamente los jornales o que se garantice alimentación digna en las escuelas.
En Urama, una de sus veredas del municipio, las personas comentaban previo al hallazgo de diciembre pasado de una fosa común por parte de la JEP, que es necesario que se conozca la verdad sobre los desaparecidos y muertos en la guerra.
En Tascón comentaban que es importante darles una segunda oportunidad a los excombatientes y que el Ejército reconstruya la escuela que destruyó en medio de la guerra.
En La Balsita, a la comunidad le gustaría que los victimarios vayan a las veredas y cuentan la verdad sobre los hechos ocurridos en la guerra, y que las personas de la comunidad logren enterrar a sus muertos dignamente.
En Camparrusia, a los habitantes les parece clave que los jóvenes conozcan la verdad sobre la guerra que vivieron sus padres, y en Las Cruces, consideran necesario que se difunda la verdad de la guerra para conocer lo que sufrió el campesinado.
La guerra rompió las relaciones cotidianas y el tejido social, sembrando desconfianzas mutuas, chismes y acusaciones que no pocas veces terminaron en violencia. La reconciliación se evidencia también en la transformación de estas dinámicas cotidianas que dejó la guerra y que aún no se han ido del todo.
Los desafíos para el SVJRNR y la potencia de la reconciliación en Dabeiba
En Dabeiba, como en cientos de municipios que experimentaron álgidamente la guerra y hoy reciben la intervención de instituciones del posacuerdo, existe un gran reto a la vez que una gran potencia.
Para el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (compuesto por la JEP, la Comisión de la Verdad y la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas) le corresponde combinar estas grandes acciones como el hallazgo de la fosa común de los falsos positivos, con actos de reconciliación y con las demandas de las personas en la cotidianidad de sus veredas.
En el ETCR con los excombatientes de FARC y en las comunidades campesinas dabeibanas de las múltiples veredas parece estar robusta la disposición para seguir avanzando en la reconciliación cotidiana donde se tengan en cuenta las diferentes aspiraciones que llegaron a sus vidas con la firma de la paz.
* Este contenido es una colaboración del equipo de Everyday Peace Indicators (EPI) en Colombia: Daniel Ortega, Saraya Bonilla Lozada, Peter Dixon, Edwin Cubillos Rodríguez, Rosario Arias Callejas, Mariángela Villamil Cancino, Oscar Vargas, Manuela Muñoz Ramírez, Fiorella Vera-Adrianzén, Pamina Firchow.
Como se describe en su página web, el enfoque de investigación del EPI produce indicadores cotidianos de conceptos difíciles de medir, como la paz, la reconciliación, la gobernanza y el extremismo violento. Para conocer más sobre su labor, visita https://everydaypeaceindicators.org/ o síguelos en Twitter: @everydaypeace
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