¿Qué aprendimos de 2017 y por qué seguiremos explorando el significado de la paz en 2018? A través de los cinco contenidos más leídos en 2017 les contamos en qué consiste pensar y escribir la paz de la mano de los colombianos. Gracias a todos nuestros lectores por hacer posible este proyecto de periodismo constructivo al servicio de la paz.
Durante el año 2017, con apoyo de lectores, escritores, colaboradores y, sobre todo, gracias a la confianza de los protagonistas de estas historias, empezamos a descubrir el significado de la paz en acciones personales y colectivas a lo largo y ancho del país.
En seis meses de escritura continua, contamos historias y resaltamos experiencias pacíficas en regiones como Chocó, Antioquia, Montes de María y los Llanos orientales. No hicimos varias preguntas, y las respuestas nos las fueron dando las mismas historias.
Tatiana Rincón nació en el departamento del Meta pero vive en Medellín. Estudia una maestría en biología e investiga sobre las serpientes que mueren atropelladas en las carreteras de los llanos orientales. Su experiencia fue una de las cinco más leídas y compartidas en las redes sociales en 2017. ¡Qué vivan las serpientes! Historia de una joven llanera que defiende a las serpientes el maltrato animal.
También nos sorprendió la respuesta de los lectores frente al texto Rescatar del olvido una quebrada en Medellín. Así se hizo y esto cuenta el documental “Santa Elena está perdida”. ¿Cómo puede un tema como este relacionarse con la paz?, nos preguntamos al principio. Para elaborar esta historia conversamos con los dos jóvenes periodistas que hace 13 años decidieron investigar en profundidad la historia de una quebrada emblemática en el origen de la ciudad que, a mediados del siglo XX, acabó siendo sepultada por concreto para darle paso al tráfico citadino. Reconstruir la historia y reflexionar sobre los efectos de las decisiones ciudadanas es también una invitación a reconocer los errores y buscar salidas más respetuosas con el medio ambiente a los problemas que nos presenta la vida moderna.
La promoción de la lectura y la escritura también es una acción de paz. En el Chocó, el departamento con el más alto índice de pobreza extrema en el país, conocimos la historia de Motete, un colectivo de jóvenes que cree que es vital alimentar al Chocó con comida para el alma. A pesar de las dificultades que suelen enfrentar quienes emprenden proyectos culturales independientes, este grupo de líderes lleva libros, cine, arte y cultura a barrios humildes de la ciudad de Quibdó. ¿No es esta una admirable acción de paz?
Similar a esta iniciativa, conocimos La Casita Rural, una pequeña biblioteca que ve la escritura como oportunidad social en San Vicente, Antioquia. La historia de cómo su fundadora -colombiana residente en Holanda- decidió ofrecer un espacio para que los niños de esta comunidad “jueguen a ser escritores”, se ha convertido en un espacio vital para el desarrollo personal e intelectual de muchos niños.
También en 2017, durante un viaje periodístico, investigativo y sonoro, conocimos la tradición de gaitas del Caribe colombiano, conocimos Cómo nace un gaitero. La historia de Juan David Arroyo y los gaiteros de Planeta Rica. Se trata de la experiencia personal de un joven que decide convertirse en gaitero, a pesar de las dudas de su padre con respecto al éxito de los músicos. Su decisión, más allá de alcanzar la fama, ha sido promover esta tradición de su región y hacer de los jóvenes agentes de paz.
Además de publicar historias escritas por colombianos, en 2017 compartimos las reflexiones de extranjeros que han tenido relación con Colombia y también quieren aportar a la reflexión sobre construir paz en este país. Es el caso de El proceso de paz: un experimento con muchos ingredientes, un texto de la alemana Jana Hornberger, o Violencias y vías de paz después del temblor, texto del politólogo mexicano Manoel Pérez.
La mayoría de las colaboraciones publicadas son el resultado de un riguroso proceso de edición en línea. Buscamos que, de la mano de los autores, se puedan crear contenidos de alta calidad investigativa, informativa y con el soporte de las múltiples herramientas que brinda el formato transmedia como fotografías, videos, mapas o infografías.
En 2018 el propósito de Diario de Paz Colombia es seguir escribiendo al país bajo la línea del periodismo constructivo. Aquí hay seis maneras en las que puedes unirte y escribir a Colombia con nosotros. La invitación está abierta para todas las personas que, con o sin experiencia en la escritura para medios de comunicación, quieran ayudar a construir el medio que muestra lo que funciona en Colombia.
Pasa la voz. Si la paz es el tema, ¿por qué no la escribimos entre todos?