La Bárbara libre. La historia de Mamá Bárbara, capítulo 5


Este es el capítulo final del especial Mamá Bárbara. Una vida de liderazgo social en las montañas del Cauca. Escrito por Maria Isabel Zamora Yusti, desde Francia, en homenaje a su madre. Lee aquí la introducción y los demás capítulos de esta serie.

Mamá Bárbara(19) copia 2

[Lee aquí el capítulo anterior]

Un año después regresamos a vivir a Popayán. Mi mamá llevaba insistiendo ya bastante en que la educación de sus cuatro hijas tenía que ser la mejor, que no podían quedarse con la mera escuela del campo. Así que fue a hablar a Popayán con su amiga, una directora de colegio privado, y nos consiguió becas.

Creo que todo fue porque una familiar nuestra le dijo que ella no podía permitirse pagarles ese colegio a sus hijas y, entonces, ahí estaba de nuevo Mamá Bárbara luchando, guerreando en nombre de nosotras, porque, decía, sus hijas eran «grandes» (gran ternura me invade al recordar su vehemencia diciendo esta frase).

Apenas terminé mi grado once y pasé a la Universidad del Valle, nos fuimos a vivir con mi madre y su nuevo compañero a las montañas de Santander de Quilichao. Porque la Bárbara libre se enamoró de nuevo. No pudo soportar seguir viviendo en una vereda que la había defraudado, a la sombra del poeta. Allí empezó de nuevo e inició una fundación  en la vereda Guayabal, norte del Cauca. Así anunció este nuevo comienzo en el año 2012:

Comunico con infinito agradecimiento a todos los que han seguido mi sendero desde hace mucho tiempo, que ahora mi organización se llama Las Pléyades, pues su sede queda ahora en mi finca Las Pléyades. Para estar más cerca de mi gente, desde allí podré prestar sus servicios: burroteca, banco de ropa, banco de embarazadas, escuelita de música colombiana, terapias con el Kinder del Alma, salvadores del planeta, campaña para erradicar las cucarachas de nuestras cocinas –pues en el campo son las causantes de la mitad de las enfermedades–, prevención en salud mental y familiar, agricultura con amor, convivencia entre hermanos, ecología humana.

Mamá Bárbara_escuelita de música
En la Fundación Las Pléyades, a los niños y jóvenes de la comunidad se les ofrecen espacios para vivir y aprender del arte. Aquí están reunidos en una clase de guitarra.

Poco tiempo después de llegar a Santander de Quilichao, mi abuelo, que siempre la ha querido mucho, quiso que Barbarita, su negra, tomara la casa familiar en Cali, para que sus hijas estudiaran tranquilas en la Universidad del Valle.

Actualmente, gracias a la bravura de mi madre y al apoyo que nos ha buscado sin descanso, las hijas de Mamá Bárbara somos todas profesionales y vivimos en México, Francia, Ecuador y Colombia.

Mi mamá sigue en la montaña. Desde la Fundación Las Pléyades, «un refugio de alimento físico y espiritual», ella hace cada día lo inimaginable. Como conté en la introducción de esta serie, Mamá Bárbara les enseña a las familias indígenas y campesinas a sanar, a cultivar valores y verduras, a emprender proyectos juntos que les permitan tener mejores ingresos. Mi mamá también se reúne con los abuelos y con las mujeres para valorizar el conocimiento ancestral, la lengua nasa-kiwui, y para enseñarles a leer. Hace todo esto porque le gusta, “porque me nace”, como dice ella, porque no le cuesta nada.

Todas las tardes, después de la escuela, mi mamá recibe a los estudiantes en la sala de su casa, adonde tiene organizada una biblioteca para que hagan las tareas. Allí también pone a dibujar a los niños que pasan a saludarla. Entre muchas otras acciones, organiza obras de teatro que buscan promover el respeto por los abuelos y los valores, tiene un proyecto de huertas, un banco de alimentos y un mercado verde comunitario que lleva su nombre: Mercado Mamá Bárbara. Las imágenes cuentan un poco más de su admirable viaje por este mundo:

En los últimos seis años, la Fundación Pleyades provee de conocimiento y sabiduría el alma de los niños, niñas y familias campesinas. Por medio de la biblioteca –que cuenta con más de 1500 ejemplares de textos con contenido social, pedagógico, didáctico y científico–, esta fundación promueve la salud mental, el valor de la imaginación y el sentido de pertenencia de sus habitantes frente al proceso educativo. En palabras de mi madre, ella sigue «Haciendo patria, desde la pedagogía del amor, el único idioma que sé».

Me siento orgullosa de mi madre, Bárbara Yusti. Servir a la gente cuando uno tiene todas las facilidades, lo hace cualquiera; servir aunque te juzguen, aunque no tengas plata, servir sin preguntar credo, partido político ni raza, solo ella.

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Maria Isabel Zamora Yusti, con su Mamá Bárbara en el departamento del Cauca.
 
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Este es el último capítulo sobre la vida de Mamá Bárbara, una mujer entregada a promover el amor propio y la armonía en comunidades vulnerables del campo colombiano.

Lee aquí la introducción a esta serie.
El primer capítulo: “La conocí al nacer”.
El segundo capítulo: “Una mente abierta, reflexiva y volcánica”.
El tercer capítulo: «En las montañas del Cauca».
Y el cuarto capítulo: «Sandik: alimento físico y espiritual».

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* Maria Isabel Zamora Yusti estudió en la Escuela de Ciencias del Lenguaje de la Universidad del Valle. Actualmente reside en Francia en donde estudia una maestría en traducción en la Université Lumière. Es una apasionada de la escritura y la liteartura. Fotos: Archivo Particular Edición: Koleia Bungard

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2 comentarios sobre “La Bárbara libre. La historia de Mamá Bárbara, capítulo 5

  1. Un nuevo capítulo, y con él cierre de los cinco, aún no se abarcó, aquello que de sus propios labios escuché de Mama Bárbara:»Cuando yo estaba en ese lugar(se refiere a la escuela la Florida)resulta que pasaron muchas cosas, y una de ellas es que un día, yo me levanté y sentí que la virgen me dijo:, Ve por tus hijas hoy.
    Cuando me dijo así: yo le dije a Antonio.
    Mira tengo que ir por las niñas hoy.
    La Virgen me lo dijo.
    Me dijo Antonio, a mi me pagan es al final de mes.
    Entonces yo dije así: tengo que escuchar ese llamado, me fuí, me vestí, fuí caminando en medio de un aguacero, caminé 9 kilómetros hasta llegar a donde estaban las busetas para la ciudad, allí le dije al señor chofer, que por favor me llevara gratis hasta Popayán,el señor me llevó yo pensé en una amiga, que seguro ella podría ayudarme.
    Cuando esa amiga abrió y me vió empapada, me dijo Bárbara yo tuve un sueño donde me decía Jesús: tienes que darle un apoyo incondicional a la primera persona que toque tu puerta hoy, entonces ella me cogió y me abrazó, me prestó ropa,me bañé, me cambié y me fuí, directamente a bienestar familiar, cuando yo me encaminaba hacia allá la Virgen me dijo:tu le vas a hablar a ella como una mujer, no como una profesional, me dirigí donde la trabajadora social, le cogí las manos, la miré a los ojos y le dije, yo quiero que todos sus diplomas los deje en el cajón, que todas las certificaciones académicas,las deje en ese cajón, o en su bolso, o donde quiera para que hoy me hable como una mujer, como una madre, yo quiero volver con mis hijas, ayúdeme.
    El lío de volver con mis hijas era que no tenía como responder.
    Ella me miró a los ojos como llena de un poder especial me dijo:»si a las tres de la tarde,tienes un lugar donde llevar a tus hijas,yo te apruebo eso.»
    Yo con un poder extraordinario me fui de puerta en puerta, pidiéndole a las amigas, me pueden regalar una ollita, me pueden regalar una camita, me pueden dar unos vasos, me puede regalar un colchón, fuí metiendo en un costal todo,y llegaron las 12 del día, cuando yo me encontré a esa hora con la amiga que me recibió en Popayán y me dijo Bárbara te tengo una sorpresa,y fue y me llevó a un apartamento que ella alquiló y me pagó por 3 meses .
    A las 3 en punto estaba el apartamento, con todo lo que se necesitaba para ser habitado.
    A las 3 me llamó la trabajadora social y me dijo:yo sabía,yo se que lo tienes todo puedes ir por tus hijas, yo te doy el papel, fuí por mis hijas, cuando el padre biológico me vió no podía creerlo, y me dijo:»pero tu no me avisaste y le dije:yo solo necesitaba un hogar, y es hoy.»
    Y cogí, me las traje,ya las niñas estaban listas, recuerdo que colocaron, la ropita en una toalla,y con eso salieron de allí,y estaban que no cabían de la felicidad, porque nosotras solo nos veíamos los fines de semana, ese es uno de tantos milagros que he sido bendecida por ella.
    Para ese nuevo hogar, ya que me habían pagado los 3 meses de arriendo entonces mis amigos me llevaban comida, me llevaban cosas porque Antonio no podía dejar la escuela botada un día cualquiera me dijeron a mi, «te van a llamar a las 7 en punto de la mañana era como en sueños donde me decían a mi, que me iban a llamar yo tenía que estar atenta porque en ese mismo lugar iba a tenerlo todo, absolutamente todo para comenzar un restaurante y en ese restaurante yo debía dar alimento físico y espiritual a todo el que llegara,y que a ese restaurante iban a llegar almas muy evolucionadas y que necesitaban reconocer lo que vinieron hacer en este mundo y era a través del alimento sagrado que yo preparara como esas almas se iban a conectar con su verdadera misión, así pasó me llamaron a las 7 , a los meses me pasé a esa nueva casa que estaba dotada para un restaurante y con todos esos elementos prestados hize al pie de la letra lo que se me dijo, y tenía que escribir alimento físico y espiritual, me dijo el restaurante se va a llamar Sandik, que significa voluntaria cósmica, entonces de lo que habla Marian en la loma de cartagena fue cuando nosotros quemamos la otra etapa en el apartamentico era lo primero que tú querías tomar, allí está bien pero te cuento que eso fue asombroso, en un día recuperé a mis hijas, en un solo día conseguí un lugar donde vivir, el tiempo de Dios es perfecto.

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  2. Muchas felicitaciones! Me divertí mucho por leer 5 capítulos! Me sentí tu passion, sensibilidad y paz. Gracias por compartir la historia de mamá bárbara y la familia bella.

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